28/2/19

Ver programas en versión original ayuda a mejorar un idioma, pero no es suficiente para aprenderlo

En los nueve países no anglosajones donde mejor se habla inglés, la televisión emite las películas y series sin doblar
Foto: Unsplash/Jens Kreuter (CC)

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¿Es cierto que se habla mejor inglés en los países en los que las películas o las series se emiten por televisión sin doblar? Los datos parecen confirmarlo. Según el índice de dominio del inglés de Education First (EF) de 2018, entre las diez naciones del mundo no anglosajonas que mejor dominan la lengua de Shakespeare solo hay una en la que se doble en televisión en vez de subtitular: Alemania, que, además, ocupa la última posición de la lista. Dicho de otra manera, en los nueve países del mundo donde mejor se habla inglés, la televisión emite los programas en versión original (VO). España, que también dobla en vez de subtitular, ocupa el puesto diecinueve de esta lista.

«La exposición al máximo número de inputs posibles de un idioma siempre mejora la comprensión», explica Laia Canals, profesora del Centro de Idiomas Modernos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). «Si además son series con personajes y situaciones que uno conoce, lo facilita aún más», argumenta.

Por su parte, Elena Neira, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, coincide al señalar que ver las series y las películas en versión original -algo que en España cada vez es más habitual gracias a las plataformas de videos bajo demanda como Netflix, HBO o Movistar- favorece la «inmersión». Para Neira «hay un mayor acercamiento a los idiomas originales y a la gente no se le hace extraño», expone. Sin embargo, recuerda que, en parte, el origen del consumo de material en versión original se debe a la piratería, «cuando queríamos ver las cosas antes que nadie» y aún no habían salido las películas (o series) en versión original.

Pero, aunque ver una película, un programa o una serie en versión original es una buena herramienta para mejorar un idioma, no es suficiente para aprenderlo. «Hace falta la base»,explican las expertas. «Si no entiendes absolutamente nada, como mero receptor de información es difícil sacar algo de partido de situaciones en las que solo escuchas», advierte Canals. «No es lo mismo que si te ponen delante de un hablante en una situación de inmersión e intercambio en otro país», concluye.

Mejor rendimiento en la prueba TOEFL

El informe «TV or not TV? The impact of subtitling on English skills», publicado en la revista Journal of Economic Behavior and Organization el pasado mes de enero, confirma que «la exposición continua a contenidos multimedia en inglés ayuda a la gente a aprender inglés». Para demostrarlo, los autores cruzan datos como el nivel de inglés de los habitantes con otros como la inversión en educación de cada país o el entorno socioeconómico. Así, descartan otras variables que pueden influir sobre el nivel del idioma y acotan exactamente qué parte corresponde a ver la televisión en versión original.

A continuación, el informe confronta la competencia en inglés, el modelo de traducción elegido para la televisión (doblaje o subtítulos) y variables demográficas y educativas de los diferentes países entre los años 2008 y 2015. Y concluye con claridad que «los ciudadanos de países en los que las películas extranjeras se emiten en versión original en televisión hablarán, de media, mejor inglés que los que viven en países en los que en televisión se dobla».

Los profesores han calculado la diferencia de nivel en 3,4 puntos en el examen internacional TOEFL a favor de los países que subtitulan y demuestran que los métodos de traducción en televisión pueden explicar parte de la diferencia de las habilidades. «Identificamos un efecto debido a los subtítulos equivalente al 16,9 % del resultado total del TOEFL», revela el estudio. El mayor impacto se logra en la comprensión oral (listening comprehesion), donde el efecto asciende hasta 19,4 %.

La cultura de los subtítulos

España es un país que, tradicionalmente, ha preferido doblar antes que subtitular. «El doblaje se impuso con la dictadura por dos motivos», ilustra Elena Neira, «por una parte, debido a la censura: cuando no se doblaban las películas había unos saltos muy abruptos en la narrativa y se notaba mucho; pero, por otra, porque mucha gente era analfabeta y no sabía leer, y por eso se empezaron a doblar los contenidos».

El estudio de la revista Journal of Economic Behavior and Organization añade que, con carácter general, los países pequeños con idiomas con poca difusión en el mundo tienden a respetar las versiones originales, mientras que los países con idiomas más implantados suelen doblar más. Y, una curiosidad, ningún país ha cambiado nunca su modelo. El que dobla, siempre ha doblado. Y el que subtitula, siempre ha subtitulado. «A estas alturas no va a cambiar la cultura del doblaje», coincide Neira, y menos si se tiene en cuenta la velocidad a la que envejecen los televidentes, porque los jóvenes cada vez ven menos la televisión tradicional.

Con la proliferación de series y el (creciente) interés por dominar el inglés, surgen herramientas para que el aprendizaje del idioma sea más activo. El navegador de internet Chrome ha lanzado la extensión Language Learning with Netflix, que permite mostrar subtítulos en dos idiomas distintos a la vez para cotejar lo que se dice en la traducción a la lengua propia. Canals cree que esta es una idea poco efectiva. Si la serie o película «se va parando para comparar, puede tener su utilidad, pero no me parece un método demasiado adecuado. Creo que implica prestar atención a demasiadas cosas. O atiendes a lo que escuchas y a las palabras que se correspondan o prestas atención a lo que escuchas y a tu idioma. Aquí se estaría incluyendo un tercer elemento —leer la versión original—, y me parece demasiada carga cognitiva», opina esta profesora.

La importancia de los acentos

Un elemento que Canals sí que considera positivo del bum de series y su consumo en versión original (aunque no hay datos respecto a las preferencias de los televidentes en este sentido) es la exposición a diferentes acentos y maneras de hablar un idioma.

«En esta época en la que el inglés es la lengua franca que se puede usar en todo el mundo para viajar, hacer negocios o incluso amistades, es interesante y beneficioso el papel de series de diferentes países en las que se escuchan distintos acentos», comenta. «Tienes que poder entender a una persona de la India o de Taiwán, no solo el inglés británico puro que nos han enseñado siempre. Cuanto más global, a más personas llegarás», añade.

Porque no todo es «hacer oído»Escuchar acentos también implica interiorizar que el idioma se habla de muchas maneras y que no debemos avergonzarnos de nuestro acento particular. «Todos hablamos y chapurreamos como podemos. Y exponerte, ver, salir, es fundamental. Si puedes comunicarte cuando vas a Praga, te va a dar menos apuro hablar mejor o peor. Mientras te entiendas es suficiente», sostiene Canals, que dice que entre sus materiales didácticos habituales están series como Lost, que muestra casi todo el abanico de posibles acentos ingleses, desde el escocés hasta el africano pasando por los australianos o los estadounidenses.

Pero ante lo que parece la edad dorada de los subtítulos, la profesora Neira rebaja un poco la euforia. «Basta con ver la recaudación del cine y cómo está el sector. Los cines y las películas en VO son una proporción pequeña comparado con el volumen de estrenos doblados», recuerda. No obstante, también reconoce el esfuerzo de las plataformas con los subtítulos, algo que no detecta en el doblaje. «En mi caso, noto cierta pérdida de calidad en el doblaje de series de las plataformas que emiten en directo si se compara con el doblaje tradicional», opina, «pero sí noto que Netflix, por ejemplo, está haciendo un esfuerzo por respetar las convenciones lingüísticas españolas; creo que está mejorando tanto en la cantidad como en la calidad de los subtítulos».

Expertos UOC

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