9/11/23 · Salud

«No puede haber salud humana sin salud planetaria»

Liv Raphael lidera el Cúster ODS3 de la IAU desde donde impulsa la colaboración entre universidades para promover la salud global

Liv Raphael lidera el Cúster ODS3 de la IAU desde donde impulsa la colaboración entre universidades para promover la salud global

Liv Raphael, directora del Clúster ODS3 de la IAU, coordinado por la UOC a través del eHealth Center

 

Cuando en 2018 la Asociación Internacional de Universidades (IAU, por sus siglas en inglés) creó una red mundial de universidades (el HESD Cluster) para promover el progreso hacia los objetivos de desarrollo sostenible en las universidades y designó a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) para crear e impulsar el clúster del ODS3, de las pandemias solo se hablaba en los libros de historia y en determinados círculos académicos. Cinco años después, tras la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas, el mundo ha cambiado y tomado conciencia de la importancia que tiene la salud en nuestras vidas.

Durante este tiempo, la UOC con el liderazgo del eHealth Center, como institución coordinadora del clúster del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 (garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades) y el resto de miembros del clúster han contribuido a cerrar la brecha entre ciencia, conocimiento y política, a fomentar un enfoque de la salud integrado y equitativo, y a promover que se tengan en cuenta la voz y las necesidades locales, fomentando la colaboración y aprovechando el poder de las herramientas digitales.

Con la vista puesta en el seminario web The Mental Health Crisis: building resilience in a changing world, que se celebrará el próximo 16 de noviembre, hablamos con Liv Raphael, líder del clúster ODS3 de la IAU, de las lecciones aprendidas de los últimos años, de qué nos depara el futuro y, sobre todo, de salud y salud digital.

El clúster ODS3 está formado por siete instituciones de educación superior: la Universidad de Sídney Occidental en Australia, la Universidad de Makerere en Uganda, la Universidad de Caldas en Colombia, la Universidad Gadjah Mada en Indonesia, el Instituto Karolinska en Suecia, el University College de Dublín en Irlanda y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

 

Cuando en 2018 la Asociación Internacional de Universidades (IAU, por sus siglas en inglés) creó una red mundial de universidades (el HESD Cluster) para promover el progreso hacia los objetivos de desarrollo sostenible en las universidades y designó a la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) para crear e impulsar el clúster del ODS3, de las pandemias solo se hablaba en los libros de historia y en determinados círculos académicos. Cinco años después, tras la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas, el mundo ha cambiado y tomado conciencia de la importancia que tiene la salud en nuestras vidas.

Durante este tiempo, la UOC con el liderazgo del eHealth Center, como institución coordinadora del clúster del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 (garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades) y el resto de miembros del clúster han contribuido a cerrar la brecha entre ciencia, conocimiento y política, a fomentar un enfoque de la salud integrado y equitativo, y a promover que se tengan en cuenta la voz y las necesidades locales, fomentando la colaboración y aprovechando el poder de las herramientas digitales.

Con la vista puesta en el seminario web The Mental Health Crisis: building resilience in a changing world, que se celebrará el próximo 16 de noviembre, hablamos con Liv Raphael, líder del clúster ODS3 de la IAU, de las lecciones aprendidas de los últimos años, de qué nos depara el futuro y, sobre todo, de salud y salud digital.

El clúster ODS3 está formado por siete instituciones de educación superior: la Universidad de Sídney Occidental en Australia, la Universidad de Makerere en Uganda, la Universidad de Caldas en Colombia, la Universidad Gadjah Mada en Indonesia, el Instituto Karolinska en Suecia, el University College de Dublín en Irlanda y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

La pandemia de la COVID-19 ha dejado de ser una emergencia sanitaria, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero la mayoría de países y sistemas de salud siguen lidiando con sus consecuencias. ¿Cómo ha influido la pandemia en la salud?

Estamos a mitad de camino hacia las metas de la Agenda 2030, y la pandemia, junto con el resto de crisis existentes combinadas entre sí, ha frenado el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar de la sociedad en todas las edades. También ha puesto de manifiesto de manera inequívoca la importancia de los determinantes sociales de la salud.

¿Y en la salud mental?

Según la OMS, la prevalencia mundial de problemas de salud mental de ansiedad y depresión aumentó alrededor de un 25 % durante el primer año de la pandemia. Y en el entorno actual, en el que se combinan múltiples transiciones y crisis económicas, sociales, políticas y ambientales, será importante apoyar a las personas en el desarrollo de habilidades que les sirvan para hacer frente a este entorno incierto, volátil y que cambia rápidamente.

¿Cómo pueden las herramientas de salud digital contribuir a superar estos desafíos?

Las herramientas de salud digital fueron esenciales durante la pandemia, cuando el acceso a los servicios de salud mental se vio interrumpido por la sobrecarga de los sistemas sanitarios y las restricciones de movilidad. Rápidamente se implementaron herramientas que ya existían y surgieron otras nuevas. Las soluciones de salud digital pueden ayudar con la gestión de la información, aumentar el acceso, complementar el apoyo existente y adaptar las intervenciones a las características y necesidades específicas de las personas.

¿Y cómo pueden la educación superior y la investigación contribuir a mejorar la prestación de servicios de salud digital en la salud mental?

Las universidades tienen varias funciones que desempeñar como lugares de trabajo y estudio, de investigación y de formación de los profesionales de la salud. Por ejemplo, como lugar de trabajo y estudio, pueden garantizar que sus propios espacios promuevan la salud y el bienestar. Como formadoras, las universidades pueden incorporar el desarrollo de habilidades como el liderazgo y la resiliencia, y también pueden facilitar el aprendizaje permanente para garantizar que los profesionales se mantengan actualizados. Así pueden, por ejemplo, apoyar a los profesionales de la salud en el desarrollo de conocimientos para implementar metodologías y herramientas de salud digital de manera efectiva y mantenerse actualizados ante la irrupción de la inteligencia artificial y los nuevos desarrollos tecnológicos.

Como lugares de investigación, pueden contribuir con evidencias y estudios que garanticen que las herramientas y metodologías de salud digital se implementen de manera transparente, equitativa y accesible. También pueden ayudar a superar los desafíos relacionados con la búsqueda de los modelos adecuados de atención y con el equilibrio entre la atención remota y la presencial.

Las universidades, en definitiva, son un lugar privilegiado de trabajo en múltiples ámbitos. Participan activamente a escala global, regional, nacional y local a través de la investigación y también interactúan directamente con las comunidades locales a través de sus programas de participación comunitaria. Como miembros clave de la comunidad de la salud, pueden ayudar a conectar y promover el intercambio entre investigadores, profesores, ONG, gobiernos, sector privado y comunidades.

¿Qué otras lecciones pueden extraerse de la experiencia de la COVID-19?

La experiencia de la pandemia quizás haya acelerado tendencias y ayudado a poner en evidencia mucho de lo que estaba escrito en la literatura científica y en las propuestas de políticas. Por ejemplo, nos ha ayudado a ver y entender mejor las interrelaciones entre los sistemas sanitarios, económicos, políticos y sociales, así como la importancia de la cobertura sanitaria universal y de tener en cuenta los factores determinantes de la salud.

Además, la experiencia de la COVID-19 ha acelerado la transformación digital y ha ayudado a resaltar algunos de los desafíos que aún deben superarse. También ha demostrado la importancia de invertir en salud mental y de desarrollar habilidades en torno a la resiliencia para hacer frente a los cambios. Por último, ha probado hasta qué punto las redes y la colaboración entre sectores son fundamentales para una respuesta y una recuperación rápidas.

La COVID-19 también nos ha enseñado mucho sobre la conexión entre nuestra salud y la del planeta.

Sí, por decirlo en pocas palabras, la salud del planeta determina el aire que respiramos, los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el entorno de vida que compartimos. Por tanto, no puede haber salud humana sin salud planetaria. Nuestros sistemas de salud también tienen un impacto ambiental y utilizan recursos planetarios, tanto renovables como no renovables.

¿Cuáles son los principales objetivos del seminario web The Mental Health Crisis: building resilience in a changing world, que se celebrará el próximo 16 de noviembre?

En el seminario se analizarán algunas tendencias emergentes en salud mental y se pondrán en contextos nacionales específicos. También se examinarán ejemplos de metodologías y herramientas emergentes de salud digital y la investigación desarrollada para apoyar la prevención y la gestión de casos de salud mental. Por último, se analizará el papel específico de la educación superior y la investigación a la hora de proporcionar y apoyar la prestación de servicios de salud mental a través de herramientas de salud digital.

Este seminario web está organizado por el clúster ODS3 de la Asociación Internacional de Universidades (IAU, por sus siglas en inglés), un clúster liderado por el eHealth Center de la UOC. ¿Cuáles son sus principales objetivos?

El clúster ODS3 es parte del Clúster Global de la IAU sobre educación superior para promover la colaboración entre universidades en el progreso hacia los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. El clúster ODS3 pretende impulsar el papel de la educación superior y promover un enfoque integral de la salud, que apoye la equidad y el bienestar con la ayuda de las tecnologías. Lo hace ofreciendo un espacio para la colaboración, compartiendo buenas prácticas e investigaciones, y fomentando los intercambios entre instituciones y conectando con otras disciplinas, sectores, redes y grupos de la IAU.

¿Qué se ha aprendido en los primeros tres años de trabajo del clúster ODS3?

Creo que hemos aprendido mucho sobre cómo navegar en un espacio complejo, avanzando con un propósito compartido y, al mismo tiempo, abrazando la diversidad y los contextos locales. Sobre cómo centrarse en acciones conjuntas a corto plazo manteniendo al mismo tiempo una visión conjunta a largo plazo, cómo avanzar de forma estructurada, sin dejar de ser flexible para adaptarse al entorno cambiante, y cómo garantizar los procesos continuos de creación entre los miembros del clúster.

El grupo acaba de publicar un documento técnico. Entre sus mensajes clave, afirma que es hora de redefinir el concepto de salud. ¿Podría explicar cómo?

Debemos pensar en la salud de manera integradora, fomentando la equidad en la salud y el bienestar. Por lo tanto, debemos considerar tanto la salud física como la mental a largo plazo, garantizar que las necesidades específicas del paciente estén en el centro del diagnóstico y la atención, y tener en cuenta todos los determinantes de la salud para alcanzar el máximo potencial.

¿Cómo es el camino a seguir para el clúster? ¿Cuáles son los próximos pasos?

Seguiremos compartiendo aprendizajes y experiencias y promoviendo el intercambio sobre cómo las universidades están incorporando el ODS3 en sus instituciones, investigación y enseñanza. Durante el próximo año, nos centraremos en analizar el nexo entre la salud mental y la salud digital con una perspectiva de género, un área de interés transversal para todos los miembros del clúster.

 

UOC R&I

La investigación e innovación (I+i) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo XXI mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital.

Los más de 500 investigadores e investigadoras y más de 50 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC, un programa de investigación en aprendizaje en línea (e-learning research) y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).

La universidad impulsa, también, la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearning Innovation Center (eLinC), y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.

Los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu.

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