Irving Waxman y Marc Giovannini
El uso de la endoscopia ha vivido una larga evolución desde que apareció a mediados de siglo xix, sobre todo cuando a principios de los años ochenta apareció la ultrasonografía endoscópica, tecnología que combina la ecografía y la endoscopia y que permitió suplir las limitaciones de las dos técnicas. ¿Qué significó este hecho para la especialidad?
Marc Giovannini: Desde la aparición de la ultrasonografía endoscópica podemos diferenciar dos periodos. En un primer periodo, desde los inicios de los años ochenta hasta el año 2000, esta nueva técnica se utilizaba sobre todo para obtener una imagen diagnóstica, mientras que en un segundo periodo, que comprende la última década, destaca por tener una función mucho más terapéutica. Y este ha sido un gran paso. Actualmente la ultrasonografía endoscópica es más indicada para un tipo de biopsia menos invasiva, de mucha más calidad y exactitud.
¿Y esta evolución ha sido diferente en los Estados Unidos y en Europa?
Irving Waxman: Yo creo que ha sido muy paralela.M. G.: con Respecto a la ultrasonografía endoscópica, desde el inicio los médicos europeos y norteamericanos trabajamos bastante juntos. No hay un ambiente de competitividad, sino que trabajamos juntos para mejorar la calidad de esta técnica.
¿Y cómo ha evolucionado en otros continentes, como Asia?
M. G.: En realidad, la ultrasonografía endoscópica surgió hace treinta años en Japón, país donde han sido más conservadores con la técnica y la tecnología, aunque últimamente han empezado a ponerse al día y ya utilizan las últimas tecnologías en técnicas menos invasivas. Sin embargo, con respecto a otros países, se hace muy difícil comparar las necesidades y el nivel médico de la India, por ejemplo, con los de otros países como Estados Unidos o España e imaginar estos países menos desarrollados utilizando la ultrasonografía endoscópica para usos terapéuticos, ya que se trata de una técnica que, en algunos aspectos, es muy cara.
Internet ha popularizado prácticas como la videoconferencia y permite tener e intercambiar una cantidad de información inimaginable hace algunos años. ¿En qué áreas la asistencia médica ha mejorado más gracias a las herramientas digitales y hasta qué punto su especialidad se ha beneficiado de estas mejoras?
M. G.: Es cierto que actualmente es posible disponer de nuevas herramientas, como la posibilidad de acceder a bancos de imágenes, lo que permite ser más exactos en la exploración endoscópica. Pero no es suficiente con imágenes, porque en nuestra especialidad antes de tener un diagnóstico final se necesita saber el historial clínico, ver al paciente, etc. No es lo mismo si se trata de un paciente mayor que de uno joven, si tiene el sida o ya ha sido tratado por un linfoma. Así que no es suficiente con una imagen, que en todos estos casos podría ser la misma, sino que es necesario saber el historial y, a ser posible, tener contacto personal con el paciente.I. W.: En la ecoendoscopia se hace muy difícil interpretarlo tan sólo con imágenes aisladas. Es más fácil cuando se trata de un escáner, porque lo que ves es siempre igual; así que la telemedicina es fantástica para especialidades como la radioscopia o la radiología, pero en la ultrasonografía endoscópica es muy difícil, dado que es una prueba dinámica muy dependiente del explorador.
M. G.: Yo utilizo la videoconferencia para hablar con otros colegas. Es un sistema perfecto, una gran ventaja y es muy práctico, pero en el caso de la ecoendoscopia es distinto, porque no es suficiente mandar una imagen. Mientras el escáner siempre está en la misma posición, en la ecoendoscopia, como decía el compañero, la imagen es mucho más dinámica, la modificas constantemente en la pantalla.
I. W.: Es como Messi. No es lo mismo verlo en una foto que jugando.
Antes comentaban la distinta implantación de la especialidad en los países más y menos desarrollados, pero eso también puede pasar en un mismo país. ¿Doctor Waxman, como ve esta diferencia en los Estados Unidos, donde existe un gran debate con la reforma sanitaria?
I. W.: En las universidades norteamericanas la investigación es extremadamente potente, disponemos de una de las mejores asistencias médicas y de la mejor tecnología sanitaria posible, pero, desafortunadamente, todo eso no está disponible para todo el mundo, porque un 30% de los ciudadanos no están asegurados. Y eso, en mi opinión, es inaceptable para un país que se supone que es uno de los más desarrollados del mundo. En España, como en el resto de Europa, tienen un sistema médico mejor, porque todo el mundo tiene acceso a él. Este no es el caso de Estados Unidos, donde si no tienes un seguro privado no puedes acceder a la mejor asistencia médica posible. Esta disparidad es muy dramática, aunque probablemente no seguirá mucho tiempo más.
¿Seguro?
I. W.: Creo que esta disparidad irá desapareciendo porque actualmente la gente está muy concienciada de este problema. En realidad, si no se hace algo, será muy caro cuidar de todas las personas que no disponen de seguro. Los que se oponen a la asistencia universal creen que con sus impuestos no pagan la asistencia médica de la gente que no está asegurada, pero en realidad sí lo hacen, de forma indirecta, porque estas personas después se deben tratar de enfermedades mucho más avanzadas. Y en Estados Unidos también hace falta algún tipo de sistema universal de salud que aborde el problema de la obesidad. Hay chicos de quince años con una gran cantidad de problemas de salud derivados de la obesidad.
No deja de ser paradójico que cuando la sociedad tiene un alto nivel de vida acabe sufriendo problemas de salud como la obesidad.
I. W.: Sí, pero la obesidad en Estados Unidos no tiene nada que ver con la clase social o con la situación económica. La base son los malos hábitos, una información incorrecta sobre qué es bueno y qué no, etc. Porque no se trata de un problema de personas de cincuenta años, sino que se da en niños de diez años. Son niños que no hacen ejercicio y a los que a menudo en la escuela no les dan la comida más adecuada. Todo ello es un gran problema, sobre todo ahora que vivimos muchos años más. En Estados Unidos los seguros ya tienen una cláusula según la cual es más fácil acceder a esta cobertura médica privada si una persona hace ejercicio o toma determinadas medidas para evitar la obesidad.
De todas formas, mientras en Estados Unidos se señala la necesidad de acercarse al modelo europeo, en algunos países europeos se plantea la necesidad de pagar por determinados servicios que hasta ahora son gratuitos.
M. G.: El sistema francés es muy bueno, pero estamos llegando a un límite por culpa de la crisis económica, que ha hecho, por ejemplo, que el gobierno apueste mucho más que antes por las medicinas genéricas, más baratas. Pero, sin embargo, cada paciente tiene acceso a las últimas tecnologías y a los tratamientos porque un 80% de la población dispone de seguro médico, ya que por un precio no muy caro, entre cien y trescientos euros mensuales, puedes tener cobertura para toda tu familia. Y a las personas con pocos ingresos ?menos de ochocientos euros mensuales? el Estado les paga la asistencia que necesiten. De todas formas, como decía, en pocos años tendremos problemas porque cada vez hay menos población activa y más pacientes que no trabajan, sobre todo porque muchos están en paro. Por lo tanto, si reducimos el paro, solucionaremos el problema del sistema de salud.
¿Y qué más proponen para reducir el gasto económico de la sanidad?
M. G.: De cara al futuro uno de los grandes temas pendientes, sobre todo en nuestra especialidad, es seleccionar y reducir el número de exploraciones antes de decidir el tratamiento. La gente cree que porque paga impuestos ya puede pedir toda una serie de pruebas que son muy caras aunque no siempre sean necesarias. De modo que en el futuro, a la hora de hablar del acceso universal a la asistencia médica, si hay dos opciones para una misma cosa y la gente quiere la más cara, el paciente tendría que pagar la diferencia.
Costes a parte, algunos expertos señalan que en la sanidad es donde se dan las mejoras más importantes gracias a las nuevas tecnologías.
I. W.: Hay toda una serie de nuevas tecnologías disponibles muy caras ?como pasa con las últimas innovaciones en radioterapia o en cirugía robótica. El problema es que la gente cree, erróneamente, que por el hecho de ser más modernas dan mejores resultados que los métodos convencionales.M. G.: Estoy de acuerdo. Ahora la gente quiere que la operen con los medios tecnológicos más modernos, como el robot Da Vinci, una innovación de los últimos años en tecnología médica. Pero todos estos nuevos aparatos son mucho más caros y no se dispone de estudios que digan que los resultados son mejores que con los métodos convencionales.
I. W.: Vivimos en un mundo consumista donde la gente sabe que el sistema Blu-ray es mejor que el DVD, y que este es mejor que el CD, etc., de modo que todo el mundo quiere disponer de la última tecnología. Quizás en estos casos que he citado sí es mejor, pero en medicina no tiene por qué ser así.
Cuando se habla de mejoras tecnológicas los medios de comunicación a menudo hablan de la genómica o la biotecnología como las áreas que lideran la revolución médica. ¿Los cambios en estas especialidades tan mediáticas son tan importantes como se dice?
M. G.: Los beneficios de estas innovaciones médicas todavía no han llegado a nuestro día a día. En el centro oncológico donde trabajo disponemos de diferentes estudios sobre genómica, pero todavía no observamos los beneficios de estas investigaciones.I. W.: Estoy de acuerdo, aunque hay que destacar que no se cuestiona que en los próximos quince o veinte años se espera vivir muchas mejoras en el campo de la genómica y la proteómica, como pasa con el test para detectar el cáncer de colon con el ADN, por ejemplo. Hoy es ridículo pensar que puedes hacer un cribado a toda la población con colonoscopia para detectar un posible cáncer de colon. El protocolo nos dice que a partir de los cincuenta años todo el mundo debería hacerse una colonoscopia; sin embargo, si ahora todos los mayores de cincuenta años se la hicieran, no habría bastante personal y, además, el sistema sanitario no podría permitírselo.
M. G.: Los cambios vendrán a largo plazo. Con un buen test de cribado probablemente en diez o veinte años se conseguiría reducir el número de cánceres avanzados. El problema es económico, ya que los programas de cribado del cáncer a menudo son más caros que el tratamiento con quimioterapia de los que ya están enfermos. Hace quince años, cuando empezaron el programa de cribado para el cáncer de colon en Francia, el Gobierno dijo que podíamos hacerlo porque los fármacos para los cánceres avanzados eran más caros que el programa de cribado. Esta es la realidad.
Actualmente la gente dispone de más acceso a información médica gracias a internet. ¿Han observado un cambio de actitud en los pacientes a raíz de la aparición de la red?
I. W.: Ahora es mejor. Internet ayuda mucho a cuidar de los pacientes porque están mejor informados y, por lo tanto, pueden tomar mejores decisiones.M. G.: Estoy de acuerdo. A los médicos ahora nos es más fácil explicarnos porque los pacientes ya saben de qué les hablamos. Definitivamente, internet ha cambiado la actitud del paciente.
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