31/7/13

«Educadores y políticos tienen que considerar los costes y la efectividad de la educación para aumentar su productividad»

Henry Levin

Henry Levin

Señor Levin, ¿cuál es, a su parecer, el mejor sistema para que un país tenga un buen nivel educativo?
No hay ningún sistema perfecto. La educación está marcada por las tensiones que provoca el hecho de tener unos objetivos públicos y unos objetivos privados, y la necesidad de buscar un equilibrio entre las dos funciones. La función pública de la educación es la de transmitir unos valores sociales, un idioma, y el conocimiento de la realidad social de cada lugar. En el ámbito privado, la educación busca el beneficio y el bienestar privado del alumno.
¿Quién tiene que financiar el coste de la educación?
Los gobiernos, por los beneficios sociales que esta aporta: valores sociales y valores democráticos. Y también porque las sociedades con una mejor educación son las más productivas a escala económica.
Y la gestión de las escuelas, ¿en quiénes tiene que recaer?
Los valores del mercado de libre competencia son los que dan más eficiencia a la educación. El Estado no ha de tener el monopolio de la educación y las familias tienen que ser libres para elegir la escuela que quieran.
¿Cuáles son los retos principales de la educación, actualmente?
Uno de los más grandes es el de conseguir cohesión social. En Europa, por ejemplo, nos tenemos que preocupar por el impacto de la inmigración. Por un lado, necesitamos a los inmigrantes porque la tasa de natalidad de los europeos está bajando. Por otro, los tenemos que integrar para que sean parte de la sociedad. El sistema educativo catalán, por ejemplo, está logrando muy bien esta cohesión social. La lengua es un gran elemento de cohesión en vuestro país.
Usted ha impulsado el modelo del cheque educativo, que han implantado algunos territorios de los Estados Unidos, Suecia, Chile... ¿En qué consiste?
El cheque educativo permite una financiación pública de la educación y, al mismo tiempo, que las familias puedan elegir la escuela que deseen. El gobierno da un cheque por el valor de la educación a las familias, que después pueden elegir a qué escuela envían a sus hijos. Con esta política, las escuelas que ofrecen programas más atractivos atraen más alumnos. Y las escuelas que no atraen alumnos, desaparecen.
Pero en algunos países, como Suecia, no ha funcionado.
Hasta hace poco, Suecia había sido una sociedad muy homogénea. En 1992 implantó el sistema de cheques educativos. Esta libertad de elección ha tenido un impacto muy grande: ha habido un empeoramiento de los resultados en los tests de evaluación internacionales (PISA, TIMSS), y una mayor segregación y desigualdad, con los inmigrantes agrupados en unas cuantas escuelas. El sistema ha fracasado estrepitosamente.

Hace poco participé en un acto con la Swedish Royal Academy, y me explicaron lo decepcionados que estaban con el sistema introducido. Ahora hay un gran debate sobre cuál tiene que ser el modelo educativo.
Usted es fundador y codirector del Centro Nacional para el Estudio de la Privatización en la Educación (NCSPE). ¿Por qué creó este centro?
Ya hace años que se habla de que el sector privado se tiene que involucrar más en la educación. Pero, ¿cómo debe abordarse este tema? El problema es que las fuentes que hay son muy subjetivas: o están totalmente a favor, o totalmente en contra. Es el caso de las organizaciones de maestros, que están preocupados por sus roles y ven la privatización como una amenaza a la democracia. Ante estos dos puntos de vista enfrentados, quisimos crear una organización neutral que hiciera investigación sobre la privatización de la educación. Que fuera una fuente fiable para agentes que trabajan en el mundo de la educación y para los medios de comunicación.


«Si de entrada ya asumes que un alumno vale menos, este nunca logrará un buen nivel educativo.»
También codirige el Centro para los Estudios de Costes y Beneficios en Educación (CBCSE), en los Estados Unidos. ¿Qué actividad hacen?
Hacemos investigación para determinar el coste de los programas de educación y el impacto económico de estos programas. Si educadores y políticos consideran los costes y la efectividad de la educación, se podrá aumentar su productividad.

Actualmente estamos haciendo un estudio sobre qué coste tienen los «ni-ni» norteamericanos en la sociedad, por los gastos que representan para la salud pública, el sistema judicial, etc.
¿Qué le motivó a fundar las escuelas aceleradas (accelerated schools)?
Las escuelas aceleradas fueron un intento de proporcionar a las clases más pobres ?inmigrantes, familias monoparentales, etc.? la mejor educación, a la cual normalmente solo tienen acceso las clases más altas.

Representaron un cambio con relación a lo que se hacía entonces, puesto que todo este colectivo recibía una educación paternalista, de un nivel más bajo que la de los otros alumnos. Si ya de entrada asumes que estos alumnos valen menos, nunca lograrán un nivel educativo alto. Es por eso que decidimos que les daríamos la mejor educación que se hace en los Estados Unidos, que es la que reciben los estudiantes superdotados. Diseñamos un currículum que fuera estimulante para los alumnos, que les despertara la curiosidad que llevan adentro (todos los niños y niñas tienen curiosidad, hasta que nosotros se la matamos). Al mismo tiempo, las escuelas aceleradas promueven un crecimiento humano de los estudiantes, y también del profesorado y de las familias.

La idea era muy entusiasta. Empezamos en 1996 y hacia el año 2000 ya teníamos más de 1.000 escuelas en 40 estados de los Estados Unidos y 50 escuelas en Hong Kong. Conseguimos muy buenos resultados. Pero este progreso se ha parado porque desde hace dos años el Gobierno federal ha empezado a meter presión a las escuelas, que no pueden trabajar con la libertad necesaria para hacer un buen trabajo.
Su investigación se centra ahora en la importancia de las habilidades no cognitivas en la consecución del éxito profesional.
Vemos que el éxito académico no es garantía de tener éxito en el mundo profesional. Hay otros factores importantes, como la personalidad, la motivación, tener ganas, que son clave para lograr el éxito en el mundo laboral. Por otro lado, también vemos una relación entre los años que se pasan en la escuela y el desarrollo profesional. Estar más tiempo estudiando significa no solo adquirir más conocimientos, sino tener más habilidad sociales y tener más oportunidades en el mercado laboral.

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