28/10/20 · Investigación

«Si la incertidumbre sigue aumentando, esta crisis puede ser peor que la anterior»

Jorge Mario Uribe Gil

Jorge Mario Uribe Gil

Jorge Mario Uribe Gil , profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y coordinador del nuevo grupo de investigación FM2

 

La crisis del coronavirus ha hecho saltar por los aires todas las previsiones económicas, y las empresas y los mercados entran en un nuevo ciclo, marcado por la incertidumbre sanitaria. Es sobre este terreno donde nace el nuevo grupo de investigación de la UOC Finance, Macroeconomics and Management (FM2), dirigido por el profesor Jorge Mario Uribe Gil, especializado en mercados financieros y economía aplicada. Este nuevo equipo investigador tiene como principal objetivo analizar la economía, en sentido amplio y con una visión integral, combinando el microanálisis y el macroanálisis. Uno de los objetivos principales que se propone alcanzar es poder ofrecer certezas en esta «nueva normalidad» caracterizada por los giros inmediatos y por lo imprevisible. 

 

La crisis del coronavirus ha hecho saltar por los aires todas las previsiones económicas, y las empresas y los mercados entran en un nuevo ciclo, marcado por la incertidumbre sanitaria. Es sobre este terreno donde nace el nuevo grupo de investigación de la UOC Finance, Macroeconomics and Management (FM2), dirigido por el profesor Jorge Mario Uribe Gil, especializado en mercados financieros y economía aplicada. Este nuevo equipo investigador tiene como principal objetivo analizar la economía, en sentido amplio y con una visión integral, combinando el microanálisis y el macroanálisis. Uno de los objetivos principales que se propone alcanzar es poder ofrecer certezas en esta «nueva normalidad» caracterizada por los giros inmediatos y por lo imprevisible. 

¿Cuál será el objeto de estudio del nuevo grupo de investigación de la UOC que coordina? ¿Por qué es especialmente relevante ahora constituir un grupo de estudio como este?

Nuestro objetivo será estudiar el punto donde se encuentran la macroeconomía y las decisiones financieras de las empresas. Dos enfoques que generalmente se tratan por separado, pero que ahora más que nunca deben tratarse conjuntamente. La crisis reciente de la COVID-19, que hasta ahora se ha caracterizado por fuertes choques económicos y políticos que han afectado de manera dramática al bienestar de la gente y que amenazan la supervivencia de muchas empresas, es prueba de ello. Nuestro grupo de investigación dará apoyo directamente al máster de Dirección Financiera que se inició el curso pasado.

¿Cuál será la primera prioridad de este nuevo grupo de investigación? ¿Hay algún tema particularmente carente de bibliografía consolidada?

Una de nuestras prioridades será estudiar la incertidumbre generalizada y cómo está afectando a las empresas a la hora de elaborar planes estratégicos óptimos. Este tema será fundamental en los próximos años para salir de la crisis. Ya estamos trabajando en un par de proyectos en este sentido; en particular, queremos analizar cómo el entorno macroeconómico afecta a la estructura de financiación de las empresas y cómo la incertidumbre afecta a la productividad y a la inversión intangible en las empresas y en los diferentes países.

¿Qué puede aportar su grupo en un momento como el actual? ¿A quién se dirige?

Los trabajos de nuestro grupo buscan ser útiles para empresarios, inversores y las personas que formulan las políticas económicas. Su meta de investigación es ahora más importante que nunca, en un momento como el actual, que se caracteriza precisamente por unas fuertes interrelaciones entre los factores macroeconómicos y las decisiones empresariales, de las que al final dependen la supervivencia de muchos puestos de trabajo y negocios. Es fundamental una cierta coordinación que no siempre se tiene en cuenta en el momento de formular políticas económicas y también para aportar nuevas visiones desde la academia a los temas que preocupan a los empresarios, como las fuentes de financiación, la rentabilidad en épocas de crisis, cómo lidiar con el riesgo financiero...

Una de las principales noticias relacionada con el mercado financiero ha sido la fusión entre CaixaBank y Bankia. ¿Qué efectos puede tener sobre el sector?

La tendencia en el sector financiero de todo el mundo ha sido la concentración. No solo en España. Esto tiene consecuencias positivas, ya que permite a las entidades financieras ampliar su escala de operaciones y de este modo generar economías de escala, pero también tiene muchos contras perfectamente identificados en la literatura académica. Cuando aumenta la concentración de mercado y se da más peso sistémico a menos entidades, hasta el punto de que son «demasiado grandes» o están «demasiado conectadas» para caer, estas representan una fuente potencial de riesgos para el sistema. Y aquí el regulador debe estar muy alerta.

El Banco Central Europeo ha bendecido las fusiones, y Sabadell, BBVA, Kutxabank, Unicaja o Liberbank son algunos de los nombres que han aparecido en las quinielas para nuevas uniones. ¿Cómo quedará el sector? ¿Saldrá reforzado de esta situación?

Creo que el sector saldrá reforzado siempre que estas fusiones vayan acompañadas del refuerzo de los mecanismos de vigilancia tradicionales. Hay que desincentivar las apariciones de problemas de riesgo moral que se generan cuando hay pocas entidades demasiado grandes para quebrar, too big to fail. Pero también es una oportunidad para la banca, para poder asumir mejor los nuevos retos que se presentarán ante el sector, que son muchos. Principalmente, en términos de digitalización de sus operaciones y adaptación a las nuevas tecnologías, que determinarán las dinámicas y la forma del sector en el futuro, como posiblemente la cadena de bloques. La banca debe demostrar hoy más que nunca el valor que aporta a la sociedad, en un mundo cada vez más digital y en el que, por tanto, los servicios de la banca tradicional cada vez serán más innecesarios.

¿Cuáles pueden ser los efectos que notará el consumidor? ¿Es una buena noticia para el ciudadano común esta dinámica de concentración bancaria?

El consumidor seguramente se beneficiará a la hora de aprovechar ciertas complementariedades y especializaciones de las entidades fusionadas, que, en su conjunto, además, serán más sólidas, por lo menos a corto plazo. De ahí en adelante, dependerá de cómo se administren los riesgos de estas entidades conglomeradas. No pienso que afecte a cuestiones como los precios de los servicios, por ejemplo.

El Banco de España ha alertado del riesgo de que la crisis económica provocada por la COVID-19 pueda desencadenar una crisis financiera. ¿Cómo lo ve?

Actualmente este riesgo lo veo más bajo de lo esperado en los meses de marzo o abril. Las acciones del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal de Estados Unidos han dotado de suficiente liquidez y solvencia las entidades financieras. Ahora el problema es la economía real y la carga financiera de los hogares, los estados y las empresas, que se encuentran en niveles históricamente altos, no el mercado de activos financieros, como sí ocurrió en la crisis anterior. Por supuesto que existe el riesgo de que esta carga financiera termine en impagos por parte de estos hogares y empresas, y que esto acabe afectando la posición de solvencia de los bancos. Pero esta vez todo ello partirá de la economía real.

El Gobierno ha desplegado un paquete expansivo de medidas sociales para paliar los efectos de la crisis y ha elevado el techo de gasto. ¿Hay un riesgo de vivir una crisis de deuda pública? ¿Es inevitable?

Es posible gestionar los niveles actuales de deuda pública. Asimismo, es inevitable que este riesgo crezca ante una crisis. La manera de garantizar que no se llegue a esta crisis de deuda es reduciendo los efectos sobre el consumo e invirtiendo la incertidumbre que las políticas públicas, derivadas de la pandemia, han comportado. También es necesario, tal como ya han dicho muchos de los expertos, mantener la coordinación dentro de la Unión Europea para que los efectos sean menores.

Primero los estudios pronosticaron una salida de la crisis económica en V, después las apuestas se inclinaron más hacia el símbolo de Nike. ¿En qué fase estamos actualmente?

Es muy difícil saber la duración de una crisis cuando está comenzando. Los primeros intentos de pronosticar la forma de la crisis, en forma de V o como el símbolo de Nike, son muy graciosos y estaban poco fundamentados. Realmente el problema no es, como se pensaba hace unos meses, mantener algunos sectores cerrados, subsidiar la demanda en otros sectores y luego reabrir como si no hubiera pasado nada. El problema son los altos niveles de incertidumbre macroeconómica que se han generado con esta situación. La incertidumbre disminuye el consumo, impide que se ejecuten nuevos proyectos de inversión, impide que los bancos otorguen crédito a quienes lo necesitan. Se trata de un fenómeno muy persistente. Este es uno de los temas sobre los que se ha centrado mi investigación y sobre los que trabajaremos en el grupo FM2. Y no desaparece de un trimestre a otro, por lo que una forma de V era improbable desde el principio. Era una visión ingenua, que no consideraba los efectos de segundo orden sobre la economía, que se producen cuando no se pueden hacer planes para el futuro.

¿Esto quiere decir que la crisis actual será más o menos larga que la de hace diez años? ¿Es usted optimista?

Aún soy optimista, ya que la respuesta del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal ha sido mucho más organizada y contundente que la vez anterior, y, por tanto, creo que, al haberse evitado el lado financiero de la crisis, la recuperación será más rápida. También soy consciente de que ahora todo depende de la coordinación política que se haga para salir de la crisis real, para disminuir la incertidumbre. Si sigue aumentando la incertidumbre, el panorama puede ser igual de desalentador que el de la crisis anterior, o incluso peor.

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