10/6/25 · Economía

"Es imprescindible abordar la gran brecha que a menudo existe entre la teoría académica y la práctica empresarial"

Simon L. Dolan, director de Investigación y Programas en la Advantere School of Management

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Con más de 15 millones de lectores, Simon L. Dolan es sin duda lo que podríamos llamar un influenciador académico. Actualmente es director de Investigación y Programas en la Advantere School of Management, ha publicado más de 150 artículos en revistas especializadas, y ha participado en más de 250 conferencias y encuentros académicos a lo largo de su dilatada carrera. Su intervención más reciente ha sido en la 2.ª Jornada Anual de Investigación de los Estudios de Economía y Empresa, celebrada en la UOC el día 14 de mayo, donde fue el ponente principal con una presentación titulada "Challenges of Academic Research in Economics and Business in the 21st Century" ('Retos de la investigación académica en economía y empresa en el siglo xxi'). Además, al día siguiente, la Sociedad Española de Seguridad y Salud en el Trabajo (SESST) le otorgó la medalla de oro 2025 por su trayectoria profesional.

La primera pregunta es inevitable: ¿cuáles son los retos que debe abordar la investigación académica en economía y empresa en el siglo xxi?

Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en el ámbito de la investigación es garantizar que esta sea realmente relevante y aplicable a los problemas reales que afectan a nuestro entorno económico y empresarial. No es solo un objetivo deseable, sino también fundamental para impulsar el desarrollo y el progreso en nuestras organizaciones y comunidades. Para ello, es imprescindible abordar la gran brecha que a menudo existe entre la teoría académica y la práctica empresarial.

La teoría es, sin duda, valiosa, pero puede volverse abstracta si no conecta con las realidades y los desafíos que las empresas afrontan a diario. Por lo tanto, propongo que los investigadores, los académicos y los profesionales se sumen a este esfuerzo conjunto. Una colaboración más estrecha puede dar lugar a investigaciones que no solo diagnostiquen los problemas, sino que también generen soluciones innovadoras y prácticas que puedan aplicarse de inmediato.

Superar esta brecha no solo supone un reto, sino también una oportunidad de oro. Imagine el impacto que supondría que las universidades y las instituciones de investigación colaboraran con las empresas para crear conocimientos que resolvieran problemas específicos y mejoraran la competitividad. Este tipo de sinergia puede abrir las puertas a nuevas oportunidades, fomentar el crecimiento sostenible y, lo que es más importante, hacer que nuestras economías sean más resilientes y adaptables.

La creciente complejidad de los fenómenos económicos exige un planteamiento interdisciplinario que integre conocimientos de otros campos. ¿Qué papel desempeña actualmente el investigador?

La interdisciplinariedad es fundamental para abordar la creciente complejidad de los fenómenos económicos en el mundo actual. En un entorno en el que la dinámica del mercado está en constante evolución y los retos sociales y medioambientales son cada vez más urgentes, es crucial que los profesionales desarrollen planteamientos conjuntos que aúnen varios ámbitos de conocimiento. Este enfoque permite adaptar mejor los productos y los servicios a las necesidades y los deseos de la población.

Incorporando la sociología, podemos analizar cómo influyen en la economía las estructuras sociales y las relaciones comunitarias y promover así un desarrollo más equitativo y sostenible.

¿Cómo se aplica la tecnología en este contexto?

La tecnología desempeña un papel fundamental en este contexto interdisciplinario. La revolución digital ha transformado la forma en la que actúan las empresas y se interrelacionan las economías. Desde el análisis de datos hasta la automatización de procesos, la integración de conocimientos tecnológicos permite a los economistas y otros profesionales comprender mejor las tendencias emergentes y responder de forma ágil y eficaz.

No menos importante es la cuestión ecológica. En un momento en el que los recursos naturales están sobreexplotados y el cambio climático es una realidad palpable, la economía debe trabajar codo con codo con la ecología. Los enfoques interdisciplinarios permiten identificar soluciones innovadoras para desarrollar modelos económicos sostenibles que respeten los límites de nuestro planeta y promuevan un futuro más verde.

¿La revolución tecnológica está cambiando la forma de trabajar de los investigadores?

Sin duda. La irrupción del big data, la inteligencia artificial y los métodos cuantitativos avanzados no solo ha transformado nuestra forma de abordar la investigación, sino que también ha creado una necesidad urgente de actualizar y adaptar nuestras habilidades técnicas y metodológicas.

La innovación metodológica va mucho más allá de la simple adopción de nuevas herramientas: es un cambio de mentalidad que nos permite abordar los retos más complejos de nuestro entorno. En este contexto, los investigadores deben ser proactivos a la hora de adquirir nuevas habilidades que les permitan interpretar y analizar eficazmente grandes volúmenes de datos.

Además, el uso de la inteligencia artificial abre un abanico de oportunidades que, si se aprovechan adecuadamente, pueden enriquecer nuestra investigación y llevarla a nuevos horizontes. La combinación de métodos cuantitativos avanzados y herramientas de análisis predictivo puede facilitar la identificación de patrones y tendencias que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos.

¿La presión por publicar puede afectar a los investigadores?

Efectivamente. La presión constante por publicar en revistas de gran alcance, lo cual se ha convertido casi en la norma en el mundo académico, puede tener un efecto limitador sobre la creatividad y la innovación en la investigación. A menudo, los investigadores se ven atrapados en un círculo vicioso donde el cumplimiento de las normas editoriales prima sobre la búsqueda genuina de nuevos conocimientos y descubrimientos.

Sin embargo, es imprescindible reconocer que este desafío también presenta una oportunidad única para replantearnos cómo abordamos la investigación. Los indicadores y los medidores de impacto pueden servir como referencia en nuestra carrera académica, pero no deben convertirse en la única brújula que guíe nuestro trabajo. ¡Es hora de atrevernos a reinventar nuestras prácticas de investigación!

¿Y qué papel desempeña la ética en todo esto? ¿Es necesaria para mantener la integridad científica?

En un entorno cada vez más competitivo, en el que la presión por publicar resultados sobresalientes puede ser abrumadora, es fundamental recordar que la ética en la investigación y la transparencia de los datos no son solo un requisito, sino también un principio básico para garantizar la integridad de nuestro trabajo. La ciencia avanza gracias a la confianza, y la confianza se construye a través de la honestidad, la responsabilidad y la objetividad.

Cuando hablamos de ética en la investigación nos referimos a la responsabilidad que tenemos en nuestras manos: tanto hacia los colegas como hacia la sociedad y el medioambiente. Cada experimento que realizamos, cada dato que recopilamos y cada conclusión a la que llegamos debe reflejar nuestro compromiso con la verdad. No se trata simplemente de seguir unas directrices, sino de adoptar una mentalidad que valore la equidad y el respeto en todas las etapas del proceso de investigación.

¿Qué le depara el futuro al mundo de la investigación?

Propongo orientar la investigación hacia los grandes retos globales: el futuro del trabajo, la realidad migratoria mundial, el cambio climático, la desigualdad, la transformación digital y el desarrollo sostenible. Estos retos no son meras coincidencias, sino que están interrelacionados y requieren un enfoque integral que combine creatividad e innovación.

Y en lo que respecta al futuro del trabajo, ¿qué transformaciones concretas podemos presenciar ahora mismo?

En el contexto del futuro del trabajo, debemos tener en cuenta la forma en la que la automatización y la inteligencia artificial están transformando nuestras industrias y profesiones. Esto supone una oportunidad única para que nuestros investigadores y profesionales sobre el terreno desarrollen soluciones que no solo optimicen los procesos, sino que también garanticen que el empleo sea justo y accesible para todo el mundo.

Más allá del mercado laboral, ¿cómo está desafiando la movilidad humana los marcos de investigación actuales?

Es fundamental abordar la realidad de un mundo migrante. La movilidad de las personas está redefiniendo las comunidades y las economías. Por lo tanto, el hecho de orientar la investigación hacia políticas inclusivas que aborden la integración y la cohesión social puede conducir a sociedades más resilientes y prósperas.

El cambio climático representa uno de los mayores retos de nuestro tiempo. La ciencia y la tecnología tienen el poder de ofrecer soluciones sostenibles, desde energías renovables hasta prácticas agrícolas responsables. Es nuestra responsabilidad como comunidad académica y profesional contribuir a un futuro en el que la sostenibilidad no sea solo un objetivo, sino también una realidad tangible.

¿A qué otros factores debemos prestar atención?

La desigualdad, tanto en el ámbito económico como en el social, exige también nuestra atención. La investigación en este campo puede iluminar el camino hacia una mayor equidad y justicia social. Es hora de dejar a un lado las diferencias que dividen a las sociedades y trabajar para construir un mundo más unido.

La transformación digital, por otro lado, nos brinda la oportunidad de reimaginar la forma en la que interactuamos, trabajamos y nos comunicamos. El uso ético y responsable de la tecnología puede abrir nuevas puertas y crear entornos de trabajo más flexibles e inclusivos.

Por último, el desarrollo sostenible debe ser la brújula que guíe nuestras iniciativas y nuestra investigación. Tener en cuenta el bienestar de las generaciones futuras es un imperativo que no podemos ignorar. Orientando nuestra investigación hacia estos grandes retos globales no solo contribuimos a encontrar soluciones prácticas, sino que también animamos a otras personas a sumarse a este esfuerzo transformador.

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