La UOC celebra 10 años como Universidad Refugio, con más de 270 personas refugiadas acogidas
La Universidad consolida una década de compromiso con el acceso equitativo a la educación superior mediante un programa integral para facilitar la continuidad formativa de personas refugiadas, solicitantes de asilo y apátridas
Hace diez años, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) asumió un compromiso que marcaría su identidad social e institucional: convertirse en Universidad Refugio. En plena crisis humanitaria provocada por el conflicto en Siria y con imágenes que sacudieron conciencias en todo el mundo, como la muerte del niño Aylan Kurdi en las costas de Turquía, la comunidad estudiantil de la UOC impulsó el proyecto RefugeESuoc, con el fin de preparar la acogida de personas refugiadas en Cataluña.
Aquella iniciativa surgida del estudiantado de Educación Social no solo contó con apoyo institucional, sino que abrió la puerta a un programa que se ha consolidado con los años. En el curso 2018-2019, la gestión pasó íntegramente a la que por entonces era el Área de Globalización y Cooperación de la Universidad —la actual Área de Alianzas, Comunidad y Equidad—, lo que permitió estructurar y ampliar las acciones de acogida.
El programa da respuesta a una realidad compleja: las personas refugiadas, en su proceso de integración, se enfrentan a retos administrativos, lingüísticos, formativos y laborales que a menudo dificultan el deseo de retomar proyectos de vida interrumpidos. En este contexto, el acceso a la educación superior no es solo una oportunidad académica, sino también una herramienta de reconstrucción personal y profesional.
Diez años en evolución y un impacto creciente
Desde el curso 2016-2017, 272 personas refugiadas, entre ellas 132 mujeres, han podido acceder a estudios superiores a través de las convocatorias de becas de la UOC. La mayoría tienen entre 25 y 35 años, y más de la mitad cuentan con estudios universitarios previos. Las procedencias son muy diversas: Siria, Afganistán, Venezuela, Colombia, Honduras, El Salvador, Ucrania, Sáhara, Georgia, Ghana, Rusia, Nicaragua, Perú, Guinea Conakry o Yemen, entre otras muchas naciones.
La convocatoria 2025-2026 ha ofrecido 19 becas, 13 de las cuales han sido concedidas a mujeres, y cubren diplomas de experto, cursos profesionalizadores, idiomas, asignaturas libres o cursos de programación. En palabras del vicerrector de Alianzas, Comunidad y Cultura, Manel Jiménez-Morales, "hace diez años, la UOC reafirmó la decisión de no quedarse al margen de las crisis humanitarias que afectan a millones de personas. La educación es un derecho universal, una herramienta poderosa para la reconstrucción de vidas y un pilar fundamental de nuestra labor académica y social".
Para Gemma Xarles, directora del Área de Alianzas, Comunidad y Equidad, el proceso ha ido definiendo el papel de la UOC: "El perfil del estudiante en situación de refugio que atendemos es singular: suelen ser personas adultas, con trayectorias vitales complejas. Estudiar con nosotros no solo les aporta conocimiento, sino también nuevas expectativas vitales, y a la vez enriquecen nuestras aulas con sus historias y miradas".
El impacto del programa queda reflejado también en las experiencias personales. A. E. C. G., de Nicaragua, comenta: "El programa de acogida a personas refugiadas ha sido una experiencia muy valiosa. Al llegar al país, tuve que afrontar nuevos retos y adaptarme a una realidad que no ha sido fácil. Poder acceder a una formación de calidad, con cursos que puedo seguir sin barreras geográficas ni económicas y con tutores de apoyo, me ha permitido ampliar mis horizontes laborales y sentirme más integrado en la comunidad que me acoge". Por su parte, C. D. G. T., que cursó el diploma de Experto Online de Logística Global y Transporte, destaca: "Era la primera vez que estudiaba a distancia, y aprendí mucho. Me exigí y lo conseguí. Estoy muy agradecida por la oportunidad".
Un modelo integral de acogida: becas, mentoría y tutoría especializada
El programa va más allá del apoyo económico. Con los años, la UOC ha consolidado un modelo integral que promueve que el acceso a los estudios vaya acompañado del apoyo necesario para avanzar con éxito y seguridad. En un entorno en línea que puede ser nuevo para muchas personas, el programa combina varios elementos y herramientas dirigidos a facilitar la adaptación, reforzar la continuidad académica y promover una experiencia universitaria completa e inclusiva.
Por ello, se prevén becas de acción social, que cubren el 100 % de la matrícula del semestre, para personas refugiadas, solicitantes de asilo o apátridas que se encuentran en situaciones de extrema dificultad económica derivadas de conflictos, crisis humanitarias o vulneraciones de derechos humanos. Desde la cuarta convocatoria, en el programa colaboran entidades sociales que trabajan con personas refugiadas ya instaladas en Cataluña, lo que permite una mejor difusión y selección de perfiles.
La mentoría, gestionada por el Grupo Operativo de Compromiso Social y Comunidad del Área de Alianzas, Comunidad y Equidad, es un pilar fundamental. Personas voluntarias de la comunidad UOC acompañan al estudiantado becado para facilitarles la adaptación al sistema universitario y evitar que abandonen los estudios, y para que conozcan la metodología en línea y afronten momentos clave del semestre. El acompañamiento es virtual, con entre dos y tres horas semanales de dedicación, y puede incluir encuentros presenciales cuando es posible.
Por último, una tutoría especializada complementa este apoyo. Un tutor o tutora con conocimiento profundo de las necesidades específicas del colectivo hace un seguimiento individualizado de este y mantiene contacto constante con la Unidad de Igualdad, Diversidad e Inclusión, que ha asumido la gestión del programa desde principios de 2025 y trabaja para fomentar la integración académica, la participación y el sentimiento de pertenencia. Patricia Benson, tutora de seguimiento desde hace casi diez años, lo resume así: "Creo de verdad que los estudios pueden cambiar la vida de las personas. El valor que aporta este rol puede generar un factor diferencial en sus trayectorias y ayudarlos a integrarse plenamente. Sabiendo eso, no tengo claro quién ha salido más enriquecido, si los estudiantes con sus nuevos estudios o yo como persona".
Un protocolo para eliminar barreras de acceso
Una de las dificultades más frecuentes entre las personas refugiadas es la imposibilidad de acreditar plenamente sus estudios previos. Para dar respuesta a esta problemática, la UOC ha desarrollado un protocolo específico de acceso, resultado del trabajo conjunto de los Servicios Académicos, la Asesoría Jurídica y el Área de Alianzas, Comunidad y Equidad.
Este protocolo evalúa individualmente cada caso, tiene en cuenta la documentación disponible y establece mecanismos para reconocer las calificaciones académicas cuando el estudiante no puede aportar todos los justificantes por su situación jurídica o el contexto del país de origen. Según Laia Llorens, directora de Servicios Académicos, "el protocolo es un primer paso para avanzar en la internacionalización de colectivos que tienen dificultades para acreditar el acceso. El objetivo es flexibilizar y dar cobertura legal a su incorporación a la Universidad. Hay que trabajar con el resto del sistema universitario catalán y español y con las administraciones para facilitar la gestión de estos casos".
El documento se alinea con el marco normativo catalán, estatal y europeo que protege el acceso a la educación superior de personas refugiadas, apátridas o beneficiarias de protección internacional.
Una red que amplía el alcance
Más allá de las acciones internas, la UOC lidera la Red Técnica de Cooperación, Voluntariado y Refugio en el marco de la Comisión de Compromiso Social del Consejo Interuniversitario de Cataluña y ha promovido el Protocolo de orientaciones para la acogida académica de personas refugiadas para que se implemente a todo el sistema universitario catalán. La UOC también forma parte de la red #UniversidadRefugio —impulsada por la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP)— y participa en el subgrupo de refugio de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). Estas plataformas permiten intercambiar buenas prácticas, coordinar protocolos e impulsar la incidencia institucional para mejorar el acceso a la educación superior del colectivo refugiado.
Una década después, el Programa de acogida para personas refugiadas, solicitantes de asilo y apátridas de la UOC sigue creciendo. El objetivo se mantiene intacto: garantizar que ninguna trayectoria académica quede interrumpida a causa del refugio. El compromiso de la UOC se renueva a través de las becas, la mentoría, la tutoría y el nuevo protocolo de acceso, y a través de todas las personas que brindan su apoyo desde dentro.
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Anna Torres Garrote