7/2/20 · Estudios de Artes y Humanidades

Las redes sociales, ¿ayuda u obstáculo para superar el duelo?

Las plataformas digitales generan nuevos espacios para expresarse tras la muerte de los seres queridos

El duelo, protagonista de una sesión del ciclo Memento Mori de la UOC y la Sala Beckett
Foto: Nghia Nguyen / Unsplash

Foto: Nghia Nguyen / Unsplash

Los expertos afirman que somos una sociedad «tanatofóbica» para la que la muerte sigue siendo un tabú. No solemos hablar de ella con naturalidad, sobre todo públicamente. Pero las formas sociales de reaccionar ante el fallecimiento de una persona cercana están experimentando algunos cambios, y las redes sociales están ejerciendo un importante papel en ello. «Vivimos de espaldas a la muerte y a todo lo que la rodea. No sabemos qué transmitir a los niños, los tanatorios quedan fuera de la ciudad, continuamos viviendo como si fuéramos inmortales… Sin embargo, cada vez hay más personas que hablan públicamente de sus sentimientos por la pérdida de un ser querido en plataformas como las redes sociales, mostrando abiertamente cómo se sienten», señala Montserrat Lacalle Sisteré, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Según explica la profesora Lacalle Sisteré, las plataformas sociales pueden ser una eficaz herramienta de apoyo durante el proceso de duelo, y una de las razones es que por medio de ellas hemos podido recuperar la manifestación del duelo como vivencia social que habíamos perdido. «Antes, cuando nuestras abuelas o bisabuelas perdían a un familiar, vestían de negro, llevando luto durante años, y eso ha desaparecido. Pero el proceso de duelo implica una dimensión social relacionada con cómo estás afrontando esa pérdida, y es posible que estos huecos que han quedado los estén cubriendo las redes sociales», señala.

Además, el compartir lo que uno piensa y siente ante los demás «puede validar lo que estás sintiendo y ayudarte a resituarte y a ver qué posición tienes ahora delante de los otros: viudo o viuda, huérfana o huérfano… Hay identidades que se construyen psicológicamente mediante la mirada del otro: cómo me siento yo cuando me expongo socialmente. Las redes sociales pueden hacer un buen trabajo en esa área, aunque siempre teniendo en cuenta que cada persona es única e individual, y establecer un patrón es difícil».

En la misma línea se manifiesta Mireia Cabero Jounou, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, al afirmar que la comunidad virtual puede servir de apoyo a una persona en proceso de duelo, especialmente en determinadas circunstancias. «Aprender a aceptar la ausencia constante de una persona querida y a convivir con este vacío requiere tiempo y "fórmulas" personales. Una de ellas puede ser compartir el proceso de duelo y el recuerdo de la persona amada mediante las redes sociales, algo que resulta efectivo en muchos casos si la soledad del dolor duele demasiado y la persona necesita compartir el proceso y el recuerdo acompañada de su comunidad virtual, o si necesita de la acogida y el abrazo virtuales de las personas que siguen su proceso en las redes. Estas también pueden ayudar si siente que en su vida presencial (la no virtual) el apoyo, el cariño y la compañía que recibe no son suficientes. Por último, las redes sociales pueden ser útiles cuando la persona afectada necesita que su comunidad, por medio de las publicaciones, aporte reconocimiento y homenaje a la persona amada», explica.

Sin embargo, no siempre el espacio virtual sirve de herramienta de apoyo para afrontar el duelo. Todo depende de la razón por la que uno decida compartir su dolor en las redes. «Si a mí me apetece compartir fotos o escribir porque siento la necesidad de hacerlo, ayudará. Pero si lo hago porque pienso que es lo que toca, es muy posible que no me esté ayudando nada», señala Lacalle Sisteré. Tampoco es efectivo, según Mireia Cabero Jounou, cuando se comparte el dolor con fines que no son realistas en el medio virtual, como creer que se va a recibir más apoyo del que se consigue en realidad. «En caso de que publicar en las redes posts sobre el fallecido aumente el dolor en lugar de calmarlo, o dificulte continuar con el proceso natural del duelo, que consiste en aceptar la muerte, convivir con ella y reconstruir la vida, las expresiones de sentimientos en plataformas sociales también pueden llegar a ser contraproducentes», señala Cabero Jounou.

Muerte de celebridades

Hace unas semanas, cuando la leyenda de la NBA Kobe Bryant murió junto con su hija y otras siete personas en un accidente de helicóptero, las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencia. Su esposa, Vanessa Bryant, publicó entonces en su cuenta de Instagram una imagen de toda la familia bajo la que escribía: «Mis hijas y yo queremos dar las gracias a los millones de personas que nos han mostrado apoyo y amor en este horrible momento. Gracias por todas las oraciones. Realmente las necesitamos. Estamos completamente destrozadas».

¿Sirven de algo las condolencias de extraños cuando estos ni siquiera conocieron personalmente a la persona fallecida? Los expertos creen que sí, y recuerdan que la ayuda no siempre tiene que venir solo de las personas cercanas y conocidas. «Es posible que el comentario de una persona totalmente desconocida genere consuelo por el hecho de conectar con lo que la persona en duelo está sintiendo. Precisamente el punto de partida de los grupos de ayuda mutua es ese. A quienes forman parte de ellos los une el dolor, la pérdida, independientemente de que no se conocieran antes o tengan pocas cosas en común. De hecho, ser alguien cercano o un familiar no es garantía de que se vaya a poder ayudar», señala Montserrat Lacalle, que pone el ejemplo de una persona que está en el tanatorio por la muerte de un familiar. «Es posible que esa persona no conecte con el 75 % de los comentarios que recibe en 24 horas, y en cambio un comentario de alguien en Instagram que dice que ha vivido una situación parecida puede llegar a impactarla».

El duelo perinatal

Recordar a una persona cercana, de la que tenemos imágenes y recuerdos, es un hábito que sigue vivo décadas después del fallecimiento. Pero ¿qué ocurre si la persona fallecida es un bebé que murió poco antes o poco después del parto?, ¿cómo lo recuerdan sus familiares si ni siquiera pudieron llegar a tener una imagen de él o de ella? Son algunas de las preguntas que se planteó la psicóloga y fotógrafa profesional Norma Grau, creadora del proyecto Stillbirth, que nació como respuesta a la necesidad de los padres de dar un lugar y una identidad al bebé muerto, para lo que Grau fotografía objetos y «recuerdos» relacionados con el hijo que sus padres no pudieron llegar a fotografiar.

«Sentirse capaz de recordar con la certeza de que el recuerdo no se desvanecerá es una de las necesidades más recurrentes en los procesos de duelo», señala la profesora Mireia Cabero Jounou, fundadora del movimiento Cultura Emocional Pública. La profesora colaboradora de la UOC recuerda que el miedo a olvidar es «angustiante y a veces bloquea el proceso de aceptación, convivencia y reconstrucción de la nueva vida. En ocasiones preferimos no evolucionar en el duelo por miedo a olvidar, y lo congelamos. La imagen de la persona (y en su ausencia, la imagen de "sus cosas") es el refugio del recuerdo. Por eso proyectos como Stillbirth son necesarios, saludables y una gran aportación al duelo perinatal, tan poco visibilizado», explica.

Norma Grau será una de las integrantes del diálogo titulado «El duelo» organizado por la UOC y la Sala Beckett como parte del ciclo dedicado a la muerte Memento Mori. Acordémonos de morir. Con este proyecto de la UOC y la Sala Beckett, la universidad quiere salir, una vez más, de sus muros para llegar a los espacios que ocupa la ciudadanía e impulsar el conocimiento abierto con todo el mundo y para todo el mundo. «Deseamos que la UOC sea un espacio abierto y poroso, un nodo de conocimiento en el que se estimule el intercambio de ideas entre diferentes actores sociales, porque el conocimiento ya no es patrimonio exclusivo de la universidad», explica Pastora Martínez, vicerrectora de Globalización y Cooperación de la UOC.

En el diálogo «El duelo» participarán, además de Norma Grau, la psicoterapeuta y experta en duelo Alba Payàs, autora de Las tareas del duelo (Paidós, 2010) y El mensaje de las lágrimas (Paidós, 2014), junto a Thaïs Tiana Sastre, psicóloga en el Programa de Prevención de Suicidio y el Programa de Atención al Superviviente del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. El encuentro, que moderará Jaume Claret, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC y comisario de este ciclo, se celebra el martes 11 de febrero.

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