12/2/20 · Institucional

«Somos campesinos desplazados víctimas del conflicto armado»

Foto: UOC

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Elsa Rengifo , víctima de las FARC y estudiante de Psicología

 

Elsa Rengifo Ledesma nació en El Bordo, la cabecera municipal de Patía en Cauca, Colombia, históricamente una de las zonas más azotadas por el conflicto interno que el país vive desde hace más de cincuenta años. Sus padres tuvieron once hijos, cuatro de los cuales murieron a temprana edad por falta de vacunas y desnutrición fruto de la pobreza extrema. Fueron años duros a los que siguieron otros aún más oscuros: dos hermanos murieron por culpa del terror y un sobrino vive con una bala instalada en la pierna de por vida. En junio del 2000, llegó a Aguilar de Campoo (Palencia) en España, huyendo del conflicto armado que vivía su país. Lo dejó todo atrás, pero volvió a empezar junto con algunos de sus hermanos, sus padres y su esposo, con el que se casó en 2009. Con él se trasladó a Rubí, donde reside actualmente y cuida a sus padres de casi noventa años a tiempo completo. Su sueño es ser psicóloga y hoy da sus primeros pasos estudiando en la UOC.  

«Lo más difícil de este viaje fue dejar atrás parte de la familia, amigos y nuestras costumbres. Añoro el clima tropical, el campo, las frutas y la diversidad cultural de mi país. Primero vino a España mi hermana con su hijo de siete años. Después, mi hermano menor. Luego vine yo y dos meses después, mis padres. Un año más tarde, nos siguió otro hermano con su familia. Su hijo mayor perdió la pierna izquierda en un acto terrorista y aún sigue en tratamiento médico en Santander. Tiene una bala en el cuerpo. Después vino otro sobrino, el hijo de mi otro hermano, a quien asesinó la guerrilla de las FARC, y que ha hecho aquí su familia. También han venido los dos hijos mayores de mi hermano mayor, a quien también asesinaron… ¡Hubo un momento en que en España vivían veintidós miembros de mi familia! Cinco regresaron a Colombia hace tres años, pero el resto seguimos acá. Vinimos muchos, pero allá quedó mucha familia, como las dos viudas de mis hermanos. Mis padres llevan sesenta y siete años casados y tuvieron once hijos, de los cuales cuatro murieron cuando eran pequeños por falta de vacunas y desnutrición. Vivían en la cordillera con mucha escasez.»

 

 

Elsa Rengifo Ledesma nació en El Bordo, la cabecera municipal de Patía en Cauca, Colombia, históricamente una de las zonas más azotadas por el conflicto interno que el país vive desde hace más de cincuenta años. Sus padres tuvieron once hijos, cuatro de los cuales murieron a temprana edad por falta de vacunas y desnutrición fruto de la pobreza extrema. Fueron años duros a los que siguieron otros aún más oscuros: dos hermanos murieron por culpa del terror y un sobrino vive con una bala instalada en la pierna de por vida. En junio del 2000, llegó a Aguilar de Campoo (Palencia) en España, huyendo del conflicto armado que vivía su país. Lo dejó todo atrás, pero volvió a empezar junto con algunos de sus hermanos, sus padres y su esposo, con el que se casó en 2009. Con él se trasladó a Rubí, donde reside actualmente y cuida a sus padres de casi noventa años a tiempo completo. Su sueño es ser psicóloga y hoy da sus primeros pasos estudiando en la UOC.  

«Lo más difícil de este viaje fue dejar atrás parte de la familia, amigos y nuestras costumbres. Añoro el clima tropical, el campo, las frutas y la diversidad cultural de mi país. Primero vino a España mi hermana con su hijo de siete años. Después, mi hermano menor. Luego vine yo y dos meses después, mis padres. Un año más tarde, nos siguió otro hermano con su familia. Su hijo mayor perdió la pierna izquierda en un acto terrorista y aún sigue en tratamiento médico en Santander. Tiene una bala en el cuerpo. Después vino otro sobrino, el hijo de mi otro hermano, a quien asesinó la guerrilla de las FARC, y que ha hecho aquí su familia. También han venido los dos hijos mayores de mi hermano mayor, a quien también asesinaron… ¡Hubo un momento en que en España vivían veintidós miembros de mi familia! Cinco regresaron a Colombia hace tres años, pero el resto seguimos acá. Vinimos muchos, pero allá quedó mucha familia, como las dos viudas de mis hermanos. Mis padres llevan sesenta y siete años casados y tuvieron once hijos, de los cuales cuatro murieron cuando eran pequeños por falta de vacunas y desnutrición. Vivían en la cordillera con mucha escasez.»

 

¿Por qué os alcanzó el conflicto armado?

Somos campesinos desplazados víctimas del conflicto armado. En Colombia hubo un momento en que los grupos al margen de la ley desplazaron a los campesinos de sus tierras para cultivos ilícitos o rutas de narcotráfico. Era salir o morir: así quitaron la vida a mis hermanos. Nosotros tuvimos que dejar la finca con todo lo que había en ella: los animales, cultivos, vivienda, etc. A día de hoy seguimos esperando la reparación por parte del gobierno y la sustitución de tierras. Tenemos la denuncia desde el año 1999. Así es que, en el caso de mi familia, no ha sido por razones económicas o políticas. Lo perdimos todo, nos trasladamos a la ciudad y luego tomamos la decisión de salir de Colombia y buscar un futuro mejor en España.

 

Y una vez aquí, ¿qué te ha resultado fácil y qué difícil?

Tener el mismo idioma ha sido una ayuda. ¿Lo peor? ¡Adaptarme al frío invernal!

¿Trabajas además de estudiar en la UOC?

Al llegar a España, en el año 2000, estuve trabajando en hostelería y estudiando algunas formaciones técnicas en el poco tiempo que tenía libre. Desde que me trasladé a Rubí no he trabajado, aunque me inscribí en el Servicio Público de Empleo Estatal. Nunca me han llamado para nada. He estado estudiando gestión comercial y marketing a distancia, en Valladolid. Ya solo me faltan dos materias para terminar. Trabajo como ama de casa todo el día: en casa vivimos ahora seis personas. Hace unos años que mis padres viven con nosotros y yo les atiendo. Tienen una salud delicada y debemos estar en hospitales con frecuencia, pero, gracias a Dios, todo va mejorando. No tengo hijos, aunque lo he anhelado y lo hemos intentado, pero de momento no ha sido posible. He hecho algunos tratamientos y ha sido muy duro porque son muchas ilusiones y sueños y trece días después, con el resultado, llegan muchas lágrimas. Pero así es la vida: mi madre tuvo once hijos y yo no he podido. Vivo con la satisfacción de ver a mis padres y demás familia bien y dedico mi tiempo a estudiar y soñar con el grandioso día en que pueda decir que lo he logrado: soy psicóloga.

Durante años, al igual que tú, muchos colombianos emigraron por razones políticas, económicas... ¿Cómo crees que eso ha marcado el futuro de tu país?

Positivamente, ya que facilitó el asilo alrededor del mundo a los que emigraron por razones políticas y, a la vez, estos han ayudado a reducir la pobreza de sus familias con el envío de divisas.

¿Cómo vives la actualidad de Colombia desde la distancia? 

Con esperanza de que la firma del tratado de paz traiga prosperidad a nuestro país.

¿Crees que en nuestra sociedad hay conocimiento, sensibilidad y solidaridad respecto a la situación que vive Colombia? 

No, porque la gran mayoría nos sigue identificando con nuestro pasado de violencia y narcotráfico.

¿Cómo definirías el sistema educativo de tu país?

Creo que tiene un nivel bajo en los niveles básicos aun teniendo profesores medianamente cualificados. Además, el acceso a la educación superior es difícil, ya que mayoritariamente es privada. Allí adquirí formaciones técnicas y de FP que fueron presenciales.

¿Por qué decidiste convertirte en estudiante en línea?

Por la facilidad teniendo en cuenta mi situación personal, ya que atiendo en casa a mis padres mayores (88 y 85 años). A los estudiantes de la UOC nos define la responsabilidad y el compromiso.

¿Qué te ha aportado la UOC como estudiante y qué te aportará como profesional?

Como estudiante, la satisfacción de poder empezar a cumplir mi anhelo de estudiar Psicología, que ha sido mi sueño desde siempre. Quiero tratar de entender el comportamiento humano. Como profesional, la UOC me permitirá ejercer mi profesión con orgullo. Me gustaría especializarme en psicología clínica.

Como psicóloga, ¿te gustaría trabajar para acompañar a personas que hayan vivido situaciones similares a las tuyas?

Si, sería una experiencia única. Además, conociendo la problemática, sería mucho más interesante. De hecho, a lo largo de los últimos años he venido colaborando con ciudadanos colombianos que han necesitado algún asesoramiento de extranjería, tema que por nuestra situación he llegado a conocer un poco.

¿Deseas regresar a Colombia o no lo tienes como un sueño?

Regresar de vacaciones, sí; a vivir, no. Estoy muy a gusto en este bonito país. Doy gracias a la vida por la fortuna que hemos tenido de venir aquí, donde nos hemos sentido desde siempre como en casa. Por mi origen campesino, disfruto de la huerta, el jardín, los huevos de mis gallinas felices, el sol mediterráneo y mi música tropical.

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