20/3/15 · Estudios de Artes y Humanidades

«El arte vuelve a ser, como en los años sesenta, una plataforma de experimentación, no solo de observación»

Chris Salter ,

El artista canadiense Chris Salter es conocido por sus propuestas arriesgadas y que ofrecen a los asistentes a sus performances convertirse en protagonistas y condicionar su obra. Un ejemplo de ello es su última obra, Ilinx, presentada en Holanda. El artista participó en el congreso Art Matters 2014, que tuvo lugar en Barcelona en diciembre. En esta entrevista, Salter habla de su relación con la ciencia y la tecnología en el campo artístico.

El artista canadiense Chris Salter es conocido por sus propuestas arriesgadas y que ofrecen a los asistentes a sus performances convertirse en protagonistas y condicionar su obra. Un ejemplo de ello es su última obra, Ilinx, presentada en Holanda. El artista participó en el congreso Art Matters 2014, que tuvo lugar en Barcelona en diciembre. En esta entrevista, Salter habla de su relación con la ciencia y la tecnología en el campo artístico.

¿En cuántas formas distintas podemos encontrar representado su arte?
Dado que las ideas pueden materializarse de distintas maneras, procuro escoger en cada trabajo el formato más adecuado para transmitirlas. Algunas ideas están en libros porque creo que es la mejor manera de comprenderlas y, en cambio, en otras ocasiones, se encuentran por medio de experiencias sensoriales completas, que involucran los cinco sentidos. Incluso se habla de arte en conferencias, un arte hecho para ser escuchado.
¿Cómo se inspira en sus propuestas artísticas?
Es un proceso de redacción muy expansivo. Es una forma de trabajar que supone partir de muchas ideas sobre la mesa y, obviamente, esto consume más tiempo que en un proceso científico. A pesar de que depende del artista, este proceso empieza sin focalizarse en nada ni buscando respuestas concretas.
¿Qué relación cree que existe entre las distintas formas de expresión artística?
Pues se relacionan de acuerdo con lo que provocan. Es decir: en ocasiones, formas de expresión diferentes quieren transmitir una misma idea, o provocan sensaciones parecidas. A veces también podemos hablar de un mismo contexto histórico o social en el que coinciden diferentes formas de expresión.
Con unas fronteras tan difuminadas entre el arte y otros campos de conocimiento, como por ejemplo la ciencia, la arquitectura, etc., ¿cómo afronta su trabajo?
La verdad es que no trabajo solo. Me influyen trabajos de otros. Debe ser así en el arte, que se influye de otras disciplinas. Todos los campos se encuentran, pero el resultado final no es, necesariamente, propiedad de ninguno de estos campos en concreto. Cuando trabajo trato de mostrar que necesitamos diferentes áreas de conocimiento para afrontar y explicar algunas cuestiones complejas.
Durante el siglo xx ya surgieron propuestas de artistas conocidos en que el público dejaba de ser pasivo. ¿Dónde cree que está la clave de esta evolución del artista transformador al público transformador?
El arte visual transformador tiene historia, porque, a pesar de que muchos piensan que se inició con gente como la que has citado, en realidad empieza en el siglo xix. Lazar Lisitski ya proponía a principios del siglo xx obras en que el público participaba y en que se podía aprender sobre el comportamiento humano ante ciertas situaciones. No es nuevo todo eso. El arte vuelve a ser, como en los años sesenta, una plataforma de experimentación, no solo de observación.
En los últimos años ha viajado por el mundo mostrando sus propuestas artísticas. ¿Ha encontrado diferencias en la reacción o la interactividad de los espectadores según el país donde ha estado?
Sí, sin duda. El público chino, por ejemplo, es muy diferente del americano. Dentro de Europa también encuentro diferencias: algunos de los proyectos en Francia y Grecia recibían una respuesta muy participativa mientras que en Austria el público era bastante más tímido. Entendemos el arte como algo universal, pero no es verdad que lo sea.
En una de sus intervenciones en el congreso Art Matters comentó la relación que han tenido las drogas psicotrópicas en su trabajo. ¿Cómo explicaría, en general, la relación entre drogas y arte?
Las drogas son una forma de cambiar las respuestas químicas del cerebro y el cuerpo. Algunos estimulantes cambian tus percepciones de la realidad, y las drogas son solo una de las maneras que tenemos de alterar nuestro cuerpo. También hay otras maneras, como un tatuaje o un piercing; incluso la música.
¿La música es una droga?
No diremos que la música te afecte químicamente, pero sí puede alterar tu respuesta a según qué sensación o sentimiento. Lo que es interesante de verdad es la alteración de estas percepciones. Muchos antropólogos se hacen preguntas sobre la diferencia entre las drogas y otras maneras de afectar nuestras respuestas. Es una cuestión interesante, pero lo que quiero decir es que no solo hablamos de drogas psicotrópicas.

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