22/12/15

«Cuando no pagas por un producto, tú eres el producto»

Willian Araújo ,

¿Cuál es el objeto de tu investigación?

Desde la investigación del doctorado me pareció interesante trabajar las acciones automatizadas que nos encontramos cada vez más mientras navegamos en internet: un anuncio que nos proponen, un contenido, un nuevo amigo o un contacto profesional... Quería estudiar estas acciones digitales basadas en procesos computacionales y cómo ese fenómeno impacta en el comportamiento de las personas.

Y te llamó especialmente la atención Facebook.

Sí, el News Feed (muro) de Facebook es uno de los ambientes informativos más importantes del mundo. En Brasil, según diversas encuestas, esa red social es la fuente de información más grande que existe, por encima de los periódicos. El 86 % de los brasileños con acceso a internet tiene un perfil abierto en Facebook, eso se traduce en más de 80 millones de usuarios. En el levantamiento contra el gobierno en 2014, el 68 % de las personas encuestadas confesó seguir los acontecimientos en Facebook.

¿Opinas que el News Feed, una funcionalidad lanzada en 2006, cambió para siempre el funcionamiento de esa red social y el comportamiento en internet?

Totalmente. Hasta ese momento Facebook era muy sencillo. Todos teníamos nuestra página pero entrábamos en las de los demás para observar los cambios que habían hecho. Con el News Feed se automatizaron estas acciones y los cambios que los usuarios realizaban en sus perfiles se convertían en algo visible para los demás. Fue la primera controversia en la que se vio inmerso Facebook porque se exponían al público acciones privadas y eso suponía un ataque a la privacidad de los usuarios, lo que generó un gran revuelo que obligó a la red a cambiar su política de privacidad. Aún así, el News Feed sobrevivió. Aunque ahora nos parezca algo natural, en aquel momento fue un cambio muy importante que afectó a la manera en que usamos internet. A partir de este momento, Facebook empezó a mejorar y sofisticar este mecanismo con la intención de hacerlo más inteligente y más personal con el objetivo de entregar al usuario un contenido más adecuado a su gusto.

Hoy en día Facebook conoce por nuestro patrón de navegación en su web si somos de izquierdas, ecologistas o si estamos interesados en la Segunda Guerra Mundial. Además del propio uso que hacemos de la red, ¿de dónde saca esta información?

Tiene muy buenas estrategias para obtener datos. Por ejemplo, todas las preguntas que nos hace cuando nos damos de alta, que cada vez son más y más complejas. Observa cuánto tiempo empleamos en mirar contenidos específicos para determinar qué tipo de contenido nos interesa más, también si preferimos imágenes, textos o vídeos. Tiene lo que denominamos una estrategia de fuerza centrípeta, que llama al centro. Fíjate en la vinculación que muchas páginas tienen ya con Facebook; esto permite a la red disponer de nuevos e ingentes datos porque accedemos a otras webs vía Facebook. Otra estrategia es intentar que el usuario ni siquiera salga de Facebook, que pueda consumir la mayoría de contenidos allí. Eso se da en el móvil.

En tu presentación hablas de la construcción del algoritmo adecuado en Facebook.

El concepto de algoritmo tiene más de 2000 años pero ahora tiene una vigencia brutal por muchos motivos. Un algoritmo es como una receta: te explica qué pasos debes seguir para llegar a un resultado. Cuando hablamos del algoritmo de Facebook o de Google no hablamos solo de un algoritmo, sino de una cadena de algoritmos que a su vez se cruzan con una cadena de servidores, con una cadena de leyes, de anunciantes... es una infraestructura muy grande que etiquetamos erróneamente, según mi parecer, con el nombre de algoritmo. Llamarlo así es muy reduccionista porque al final un algoritmo es solo una operación matemática.

¿Las relaciones humanas se pueden medir de forma matemática?

Es difícil decir que sí pero impreciso decir que no (risas). El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dice que su objetivo principal es comprender las relaciones humanas, la fórmula matemática que hace a alguien estar interesado en un contenido y no en otro. Es algo de lo que habló recientemente en un encuentro público con Stephen Hawking. Según mi opinión, los patrones humanos son demasiado complejos para poder delimitarlos así. Que alguien clique mucho en un determinado contenido no quiere decir necesariamente que solo esté interesado en ese contenido o que quiera consumir más ese tipo de contenidos.

En ese sentido, en tu presentación hablabas del concepto de filter bubble (filtro burbuja).

Sí, es un concepto acuñado por Eli Pariser en su libro Filter Bubble. What the internet is hiding from you. Según explica, el algoritmo de la web aprovecha datos como nuestro historial de búsquedas, nuestra localización o nuestro comportamiento pasado navegando para ofrecernos resultados personalizados que, de alguna manera, nos aíslan en una especie de burbuja porque solo nos ofrecen lo que nos gustaría, no lo que realmente existe en la red. Es una discusión muy interesante y muy controvertida. Este año Facebook ha lanzado un estudio en el que ha investigado a un porcentaje pequeño de sus usuarios americanos para concluir que es la propia gente la que provoca la burbuja, no el o los algoritmos. Llegados a este punto también debo decir que es fundamental tener más información sobre la personalización, los usuarios deben saber que existen mecanismos para, como mínimo, atenuarla, por ejemplo, usando extensiones de navegador.

La personalización no deja de convertir al usuario en un consumidor

Sí, y todas las empresas van a destinar recursos a ella. Las empresas ahora se rigen por los datos (data driven): muchos productos se diseñan con información basada en los datos de uso. Mientras más datos, mejores productos y más potencial comercial. Hay personas e instituciones que están luchando para que eso sea regulado. Europa, en este sentido, tiene un papel fundamental por su posición crítica, inexistente en Estados Unidos. Ya hay estudios que demuestran que la personalización tiene un impacto fuerte sobre la diversidad de información.

Hace unos años Google usaba el eslogan «Don't be evil» ('no seas malo') para explicar la intención de no utilizar los datos con fines maliciosos y mantener un código de conducta justo. ¿Facebook es hoy en día evil?

Es una empresa con intereses específicos que no siempre coinciden con los que tenemos las personas. Tanto Google como Facebook tienen un discurso muy fuerte en relación con hacer el bien, hacer un mundo más abierto, conectar a las personas o hacer una internet más abierta. Hace diez años que sigo a Facebook y todos estos años habla de hacer internet algo más abierto cuando en realidad no lo está haciendo, la está cerrando o llevándola hacia Facebook. En Sudamérica o África la internet que se distribuye gratuitamente es Facebook. Es importante que la gente sea consciente de eso, que piense que cuando no pagas por un producto tú eres el producto. Pero quiero que quede claro que a mí me gusta Facebook y lo encuentro útil.

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