"La IA puede proporcionar una base para jugar, pero no podrá sustituir a los traductores"
Si nuestra literatura llega a lectores de todo el mundo, es gracias a profesionales como Samantha Mateo, traductora de literatura catalana al inglés nacida en Chicago y graduada por la Universidad de Columbia de Nueva York. Mateo fue una de las elegidas para formar parte del Emerging Mentorship Program (programa de traductores emergentes) de la Asociación Americana de Traductores Literarios (ALTA) y ha traducido a autoras como Najat El Hachmi, Irene Solà y Mercè Rodoreda. Como parte de su formación, ha cursado la asignatura de Literatura catalana contemporánea del grado de Lengua y Literatura Catalanas de la UOC becada por la UOC y el Institut Ramon Llull. Hemos hablado con ella de su experiencia profesional y de lo que aprendió en su paso por la UOC, así como del estado actual del trabajo de traductor, que tanto está cambiando con las nuevas herramientas de inteligencia artificial (IA).
¿Por qué te inclinaste por estudiar traducción?
Siempre me ha interesado la literatura como una manera de entrar en mundos nuevos y conocer culturas diferentes. Creo que la traducción es la mejor herramienta para acceder a estos mundos y culturas. Además de eso, por el hecho de haber crecido en una familia latinoamericana, la traducción ha sido una constante en mi vida.
Siempre te has interesado por las lenguas minoritarias. ¿Por qué?
No estoy segura. Estudié lingüística en la universidad y me interesé mucho por el activismo y la documentación lingüística. Mientras estudiaba en la universidad, trabajé con la Alianza de Lenguas en Peligro (Endangered Languages Alliance) y ayudé a documentar algunos cuentos populares del zazaki, una lengua indoiraní hablada en Turquía oriental. Creo que mi interés por el catalán surgió de manera natural a partir de mi interés por la defensa de las lenguas en general.
“He publicado traducciones de varios autores y autoras: Xavier Bosch, Marta Orriols, Tina Vallès y Antònia Vicens”
¿Cómo descubriste el catalán y de dónde viene tu interés por esta lengua y su literatura?
No recuerdo la primera vez que aprendí sobre el pueblo o la lengua catalana, pero de alguna manera conocía la situación lingüística. El último semestre del último año de universidad tenía un poco de tiempo libre, así que decidí hacer un curso de catalán y me enamoré de la lengua y la cultura. Tuve una profesora absolutamente maravillosa, lo que creo que ayudó mucho. Después continué estudiando en el Instituto Catalán de América. Exploré todavía más la literatura catalana durante mis estudios de posgrado y también en un club de lectura en catalán que los alumnos empezamos durante la pandemia.
¿Cómo lo aprendiste?
Hice un curso de catalán en el último semestre de mi último año en la Universidad de Columbia de Nueva York y me encantó la lengua. Continué los estudios de catalán a través de clases privadas. Durante el programa de máster en la Universidad de Chicago, recibí clases de historia y literatura catalanas.
¿Qué autores o autoras has traducido al catalán y por cuáles tienes más predilección?
Hasta ahora, he publicado traducciones de varios autores y autoras: Xavier Bosch, Marta Orriols, Tina Vallès y Antònia Vicens. Como mujer, creo que gravito hacia voces e historias femeninas. Pienso que también es importante dar a conocer estos relatos que, históricamente, han sido ignorados.
Además de tu actividad profesional, ¿eres lectora de literatura catalana? ¿Qué te gusta leer?
Soy lectora habitual de literatura catalana. Cuando estaba en la Universidad de Chicago, formamos un club de lectura en el que leímos desde Mirall trencat hasta Mecanoscrit del segon origen. Intento mantenerme al día de la escena literaria catalana. Algunos de mis autores preferidos son Irene Solà, Marta Rojals y Jaume Cabré.
¿Nos puedes explicar en qué consiste el Emerging Mentorship Program y en qué proyecto trabajaste?
Emerging Mentorship es un programa de la Asociación Americana de Traductores Literarios (ALTA) de un año de duración que empareja a traductores noveles con profesionales con experiencia. Los traductores noveles trabajan en un proyecto de traducción durante todo un año bajo la orientación del traductor que les hace de mentor. En 2022 trabajé en la traducción de 39° a l'ombra, de Antònia Vicens, con la ayuda de Mara Faye Lethem. Es un proyecto al que me encantaría volver en un futuro.
Hablemos ahora de tu experiencia a la UOC como estudiante de una asignatura del grado de Lengua y Literatura Catalanas. ¿Qué valoras más de lo que aprendiste?
Aprendí mucho sobre literatura catalana contemporánea, especialmente sobre la historia de la literatura catalana y sobre teoría literaria. A pesar de haber leído algunas obras catalanas antes de estudiar la asignatura, en la UOC me dieron más contexto y puntos de referencia de esta literatura. Por ejemplo, pude entender mejor como Mercè Rodoreda podría haber influido en alguien como Najat El Hachmi. Creo que los debates sobre teorías alrededor de la evolución literaria y el lugar de identidad dentro de la literatura eran mi parte preferida de la clase. Son ideas sobre las que sigo reflexionando.
¿Cómo crees que podrás aplicar los conocimientos que has adquirido?
Como he mencionado, sigo volviendo a muchas de las cosas que aprendí durante mis estudios en la UOC. También traje muchos de los textos que leí a las otras clases que hice en la Universidad de Chicago. El curso también me proporcionó muchas recomendaciones de lectura. Todavía tengo todos los materiales guardados en el ordenador para poder recuperarlos y buscar los nombres de los autores cuando compro libros.
¿Cuáles son tus planes profesionales de futuro a partir de ahora?
Ahora mismo trabajo para una editorial universitaria como editora colaboradora. Me gustaría seguir trabajando en el mundo editorial. De este modo, espero contribuir a llevar más obras de la literatura internacional al inglés, no solo mis traducciones, sino también traducciones de otros autores.
Y, finalmente, ¿cómo crees que afectarán la IA generativa y los traductores automáticos al mundo de la traducción? ¿Lo ves como una amenaza o como una oportunidad?
Creo que la IA nunca podrá sustituir a los traductores humanos, especialmente en el caso de la traducción literaria. Como humanos, llevamos nuestras experiencias y voces a un texto. Cada persona llega a un texto desde una situación singular y lo traduce de una manera diferente. Creo que son estos matices los que harán que la traducción literaria sea una actividad humana para siempre. Dicho esto, la IA puede ser una herramienta muy útil. Conozco a algunos traductores que la usan como ayuda para la consistencia y la repetición. La IA puede proporcionar una base para jugar. De hecho, estoy muy interesada en ver cómo estas tecnologías ayudarán todavía más a los traductores en un futuro.
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Anna Torres Garrote