14/9/21 · Estudios de Economía y Negocios

Las celebridades abren camino al género no binario

Figuras del mundo de la música y el espectáculo se convierten en referentes para personas que no se identifican con el binarismo tradicional
Foto: Delia Giandeini / Unsplash

Foto: Delia Giandeini / Unsplash

En mayo un artículo de la revista Insider ponía de relieve el nombre de catorce personalidades de la cultura internacional que se han identificado públicamente como personas no binarias. Bajo el título «14 celebrities who don't identify as either male or female», la publicación hace una lista de figuras internacionales que han abrazado el no binarismo. Nombres de la música y la interpretación como Demi Lovato, Janelle Monáe, Sam Smith, Brigette Lundy-Paine o Jonathan Van Ness forman parte de una larga relación de personalidades artísticas, reconocidas globalmente, que no se muestran conformes con las etiquetas de género.

Esta proyección pública creciente del género no binario a través de personajes reconocidos en el mundo de la música, el cine o el audiovisual internacional contribuye cada vez más a hacer visible a un colectivo que asiste al nacimiento de nuevos referentes. En el Estado español, la discusión política por el anteproyecto de la ley trans o el debate en Cataluña sobre el uso del lenguaje inclusivo en la Administración pública han hecho que el no binarismo todavía esté más presente en la agenda pública, una presencia que también es fruto del activismo acerca del género, remarca la coordinadora del grupo de investigación consolidado MEDUSA - Géneros en Transición de la UOC, Begonya Enguix.

La experta asegura que el no binarismo está más presente ahora en el debate público que hace diez años, pero esto no es solo consecuencia de «la activación de medidas políticas», sino también, y sobre todo, del «trabajo de visibilidad activista y personal de muchísima gente, que ha sido favorecido por las redes sociales». De hecho, estas redes se han convertido «en el altavoz privilegiado de las disidencias de género» que, al mismo tiempo, «hacen visible una posibilidad». Esto hace, según Enguix, «que puedan verse reflejadas y encontrar respuestas a cuestiones que se planteaban personas que no se lo habían planteado, pero que sentían un malestar porque solo tenían acceso a discursos tradicionales».

La experta de la UOC afirma que la presencia en los medios de celebridades identificadas con el no binarismo ofrece a las personas no binarias «una posibilidad de reconocerse», de liberarse de complejos gracias a referentes que les «permiten pensarse en una posición diferente». A la creciente visibilidad del no binarismo ayuda también el hecho de que las nuevas generaciones crecen con «acceso a informaciones de diferentes medios que ayudan a poder pensar en términos no binarios y a replantear el binarismo normativo».

El mundo de la moda también se ha convertido en un terreno donde puede emerger el no binarismo. En 2015, la cadena británica Selfridges hizo una campaña orientada a una colección de ropa no binaria, Agender. Enguix cuenta que desde hace tiempo la moda ha ido incorporando a modelos transgénero y apunta que «seguramente habrá una absorción por parte del mercado neoliberal de estas actitudes emergentes, que han existido siempre, pero que ahora tienen la posibilidad de visibilizarse».

Límites en la publicidad y el marketing

De momento, sin embargo, a pesar de la visibilidad de las celebridades y la moda, el mundo de la publicidad y el marketing se resiste a introducir el no binarismo en sus mensajes. La profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa Neus Soler opina que las marcas todavía consideran a las personas de género no binario como «un target muy minoritario» que no les resulta «atractivo». Para Soler, «enfocar la publicidad o el marketing hacia este público no sería rentable para la empresa». Además, añade la profesora, «es un tema delicado, que hay que saber tocar bien», porque un error en el mensaje puede acabar provocando «efectos indeseables» para la propia marca, como ya ha sucedido a veces con el público homosexual.

El volumen del colectivo o su poder adquisitivo son dos factores clave a la hora de despertar el interés de las marcas: «Ni que la campaña fuera un éxito le saldría a cuenta a la empresa ―sostiene Soler―, porque dirigirse a un colectivo minoritario sale a cuenta si este tiene un nivel adquisitivo muy elevado, por ejemplo, y se le vende un producto de lujo. Si no, las marcas tendrían que obtener el beneficio vendiendo un gran número de unidades, que no podría ser absorbido por un colectivo tan pequeño». En cambio, sí puede haber campañas que eviten «clasificar» el producto según el género y que se presenten como unisex.

Soler considera que las marcas pueden optar por rehuir el binarismo, pero también reforzarlo si les conviene. En todo caso, la profesora de la UOC opina que el no binarismo «no se está explotando, al menos de momento», y si no ha ocurrido es porque todavía no se ha visto rentable. En cambio, el colectivo LGTBIQ+ en conjunto, apunta Soler, sí genera interés por un alto nivel de consumo y fidelidad de marca, pero también por el tamaño. «No obstante, segmentar a este colectivo y elegir solo a los no binarios reduce tanto el grupo que ya no resulta rentable», concluye.

Expertos UOC

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