19/5/17 · Institucional

La universidad pierde el monopolio del conocimiento y los estudiantes ganan poder de decisión e influencia en su aprendizaje

Vicerrectores latinoamericanos y españoles debaten sobre el futuro de la educación superior en el encuentro de la red internacional CINDA en Barcelona
Foto: UOC

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Impresoras 3D, robots y otros gadgets tecnológicos han entrado ya en las aulas de muchos colegios del mundo. ¿Cómo afectarán todos estos nuevos elementos del s. XXI a la educación superior? Para Carles Sigalés, vicerrector de Docencia y Aprendizaje de la UOC, la universidad deberá adaptarse a la cuarta revolución industrial y a la robotización sin descuidar la sostenibilidad del planeta. Estas y otras conclusiones se compartieron y debatieron este miércoles en el encuentro de la red internacional CINDA organizado por la UB, la UPC y la UOC en el Institut d'Estudis Catalans, en Barcelona.

Sigalés apuntaba que la universidad ya no es la única institución que el conocimiento. «Ha perdido el monopolio porque otros actores han entrado en el negocio compitiendo directamente con las universidades». Además, el vicerrector de la UOC ponía énfasis en que los estudiantes están asumiendo cada vez más poder de decisión e influencia en su aprendizaje. Y en ese camino necesitarán a un profesional que les guíe y acompañe. Ese será el nuevo rol del docente, apuntaba Sigalés.

Se habló del hecho de que los nativos digitales manejan muy bien los dispositivos tecnológicos, pero no tienen por qué saber discernir lo que es importante de lo que no lo es, alertaba Sigalés. Por lo tanto, el papel del profesor será clave también en un futuro. Aunque la tendencia será «diseñar trayectorias personales de aprendizaje» gestionadas por el propio estudiante, afirmaba el vicerrector Sigalés.

La tecnología también comportará que nazcan nuevas profesiones en el mercado laboral. En esos puestos de trabajo aún por descubrir, Sigalés apuntaba cómo deberán ser los profesionales que los ocupen: «creativos, emprendedores y resolutivos ante problemas complejos». En esa misma línea, el rector de la UOC, Josep A. Planell, que es también el presidente de CINDA, decía que la universidad deberá formar a los ciudadanos del mundo de los algoritmos, los macrodatos (big data) y la inteligencia artificial y que ese será, precisamente, «el gran reto de la universidad».

Para Sigalés, si la universidad quiere adaptarse con éxito a ese contexto nuevo y cambiante, deberá poner el foco en ofrecer una docencia de calidad, en aprovechar al máximo el potencial de las TIC, en ser ágil y flexible en cuanto a su gobernanza y organización. «Los profesores deberán trabajar en equipo y no de manera individual», comentaba.

Otro factor clave de la universidad, apuntaban los participantes, es que el desarrollo curricular se base en competencias que permiten una mayor consolidación de los conocimientos. Sigalés habló del caso de la UOC, donde las competencias que se consideran clave son las habilidades comunicativas, el aprendizaje independiente, la ética y la responsabilidad, el trabajo en equipo y la flexibilidad, la creatividad, las competencias digitales y la gestión del conocimiento.

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