15/5/18 · Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación

«Búscalo en Google»

La plataforma concentra el 95% de las búsquedas que se hacen en España
Foto: UOC

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«Búscalo en Google» es una frase que se repite miles de veces a lo largo del día y en diferentes idiomas. Los datos lo corroboran: Google es el buscador preferido de casi el 90% de los internautas y en España supera el 95%, según el portal de estadísticas Statcounter. Tener el catálogo web más grande del mundo con 40 millones de páginas indexadas, su rapidez y facilidad de uso y que el usuario obtenga resultados relevantes explican, según los expertos, su éxito. Las noticias falsas (fake news), la censura de resultados en países como China o el seguimiento que hace de una gran cantidad de datos personales serían, según los profesionales de la materia, los contras de este buscador, que se ha convertido en el rey de internet.

Que Google no tiene competencia es una realidad difícil de rebatir. ¿Qué otros buscadores hay en internet? Esta pregunta sería difícil de responder para la mayoría de usuarios de la red, ya que Google tiene una posición prácticamente de monopolio. En abril pasado, el 95,32% de las búsquedas de los usuarios españoles se hizo en Google. A una distancia sideral está Bing, con el 3,27% de cuota; Yahoo, con el 1,19%, y DuckDuckGo, con un ínfimo 0,15%. Y aún más residuales son los que utilizan los buscadores Yandex y Baidu, con el 0,02% de usuarios en ambos casos.

Antes de su irrupción -se fundó en 1997 y se popularizó en 1998- algunos directorios como Yahoo o buscadores como AltaVista, Lycos o WebCrawler compartían la cuota de mercado. Por poner un ejemplo, en 1997 AltaVista recibía más de 80 millones de visitas diarias. Ahora Google recibe 3,5 millones de peticiones de información por minuto, según un estudio de Cumulus Media. «Ahora la competencia prácticamente ha desaparecido y eso también genera unos riesgos», explica el profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC Alexandre López-Borrull. «La información entre Google y el usuario es bidireccional. El buscador obtiene mucha información de nosotros a partir de nuestras búsquedas», apunta el profesor.

En España, según el blog oficial de Google, los diez términos más buscados del año pasado fueron los siguientes por este orden: «Cataluña», «atentado Barcelona», «Bimba Bosé», «Puigdemont», «Ángel Nieto», «Eurovisión», «HBO», «Carme Chacón», «iPhone 8» y «Despacito». Y en todo el mundo los más buscados fueron «Hurricane Irma», «iPhone 8», «iPhone X», «Matt Lauer», «Meghan Markle», «13 Reasons Why», «Tom Petty», «Fidget Spinner», «Chester Bennington» y «Indian National Cricket Team». Núria Ferran Ferrer, también profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, explica que los contenidos que se suelen buscar por el navegador son contenidos sobre cómo se hace algo, artículos que responden a cuestiones concretascontenido no caduco.

Además del buscador, Google ha desplegado un amplio abanico de herramientas como el servicio de mapas (Google Maps), el servicio de calendario (Google Calendar), archivos en la nube (Google Drive), etc. La última novedad ha sido Duplex, el asistente que podrá hacer gestiones telefónicas. Una voz neutra podrá llamar, por ejemplo, a restaurantes para reservar mesa. «Google se mejora a sí mismo. En el mundo occidental va un paso por delante», sostiene López-Borrull.


Las enciclopedias en papel son historia

Y antes de internet, ¿dónde buscábamos la información? Los diccionarios y las enciclopedias físicas han acabado convirtiéndose en muchos hogares en objetos de decoración de muchos comedores. ¿Quién se acuerda de la última vez que abrió la puerta a un vendedor de enciclopedias? ¿Y qué ha sido de los documentalistas archiveros que suministraban información a los periodistas de los medios de documentación?

Los diccionarios y las enciclopedias digitales y el disponer de la información con un clic han enterrado viejos sistemas de información. Y también los nuevos. Muchos de los usuarios de internet ya no se informan en los medios de comunicación clásicos (prensa escrita, radio o televisión). Los expertos alertan de una tendencia inaudita hace un tiempo: la gente cada vez se informa más sirviéndose de los buscadores, pero también de los medios sociales. Una encuesta del centro de investigación Pew Research Center revela que casi el 75% de la población estadounidense utiliza las redes sociales para hacerlo. Según este artículo, canales como Twitter, YouTube y Snapchat han incrementado notablemente la proporción de usuarios que los utiliza para informarse. Ferran constata que ha cambiado mucho el «comportamiento informacional», la búsqueda, el consumo y la compartición de información en las redes sociales. «Los medios de comunicación dejan de tener el peso que tenían a la hora de buscar el certificado de credibilidad y este se traslada al intermediario entre la fuente y el receptor», explica la experta.

Los contenidos que funcionan mejor en las redes sociales son los que han recibido respuestas emocionales y tratan sobre temas que son tendencia. También triunfan los contenidos que tienen formatos visuales, que captan la atención y que van acompañados de títulos efectistas, hecho que asegura sumar muchos me gusta y comparticiones.


Las fake news llegan a más de 10.000 usuarios de Twitter

Uno de los principales peligros de los buscadores como Google y también de las redes sociales son las noticias falsas (fake news), que se extienden y en muchos casos son muy difíciles de detectar. Un estudio publicado en la revista Science apunta que estas informaciones tienen un 70% más de probabilidades de ser reproducidas que las noticias ciertas. Según este informe, mientras que las noticias ciertas rara vez llegaban a más de 1.000 personas, los contenidos falsos llegaban a más de 10.000 usuarios de Twitter. López-Borrull destaca la responsabilidad que tienen Google y las redes sociales a la hora de detectar este tipo de informaciones que se viralizan rápidamente. Google, explica, está desarrollando herramientas para poder filtrar mejor la información, no solo desde el punto de vista tecnológico, sino también con la participación de los usuarios, para que estos puedan detectar este tipo de informaciones y avisar en caso de que las descubran.

También aconseja a los usuarios que aprendan a detectarlas. En definitiva, todo un reto para los profesionales de la información. «Si antes enseñábamos a distinguir diccionarios o enciclopedias neutras, ahora este análisis también se debería hacer con las informaciones: que la gente aprenda a distinguir si una información es cierta o falsa», explica el profesor.

Expertos UOC

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