20/3/20 · Estudios de Economía y Negocios

Las previsiones fijan la recuperación del sector turístico para después del verano si la COVID-19 desaparece pronto

El 70 % de los estadounidenses y británicos buscará una nueva fecha para sus vacaciones dentro del próximo año
Foto: Markus Spiske / Unsplash

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Hace tan solo unas semanas se hacían públicos los datos de la Estadística de movimientos turísticos en fronteras (FRONTUR), que anunciaban que en 2019 España había batido por séptimo año consecutivo su récord histórico en llegadas de turistas internacionales, habiendo alcanzado los 83,7 millones de visitantes. Hoy, siete semanas después, esas cifras parecen inalcanzables. La situación de emergencia por la expansión del coronavirus en España ha paralizado por completo el mercado turístico, y los expertos estiman que las repercusiones no tardarán en dejarse ver. Pablo Díaz Luque, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, afirma que en el sector ya se han barajado estimaciones tempranas que calculan pérdidas de entre 2,7 y 6 millones de turistas internacionales si el coronavirus no se ataja antes de la Semana Santa o el verano respectivamente, lo que se traduce en la desaparición de decenas de miles de millones de euros.

«Exceltur habla de unas pérdidas que superarían con creces los 30.000 millones de euros con la pérdida de la temporada primaveral, y eleva la cantidad a 60.000 millones de euros si la crisis sanitaria se acerca a los seis meses», dice el profesor de la UOC, que advierte que una de las principales consecuencias es que desaparecerán miles de puestos de trabajo, como demuestran los innumerables ERTE del sector. Las estimaciones del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) hacen referencia a 50 millones de empleos perdidos a escala mundial. «Todo está en juego; los ERTE están siendo masivos. Lo importante será la recuperación posterior, que dependerá de muchas variables internas y externas», adelanta Pablo Díaz Luque.

¿Cuándo se producirá esa recuperación? Según el informe que acaba de publicar GlobalWebIndex, el 70 % de los estadounidenses y británicos cuyas vacaciones han sido canceladas buscará una nueva fecha dentro del próximo año, un dato que hace pensar que la recuperación no se demorará demasiado en el tiempo una vez que se controle la situación de emergencia. «Si el virus desaparece pronto, la recuperación podrá darse en un plazo no excesivamente dañino», coincide Díaz Luque. «Tras campañas de imagen de mercado absolutamente limpio de virus, hablamos de una recuperación en la próxima temporada, pasado el verano», añade.

Los primeros en volver de vacaciones

Los primeros turistas internacionales en volver serán probablemente aquellos que proceden de países que también se han visto afectados por la epidemia. Al menos esa es la estimación que hacen los expertos basándose en la teoría de las catástrofes, que tiene en cuenta otras crisis de raíz similar como la del SARS en 2003. Por el contrario, como explica Díaz Luque, los turistas más cautelosos serán los que proceden de países donde el virus no afectó en tanta medida, que perciben el peligro de visitar España como alto. Se trata del colectivo que costará más recuperar. En cuanto al turismo nacional, la previsión de los analistas es que se recuperará bastante antes que el que viene de otros países.

Sin embargo, incluso en el mejor de los escenarios, la situación será complicada especialmente para las pymes dedicadas al turismo, más aún si los plazos se alargan: en ese supuesto, la misma oferta puede verse afectada por el cierre definitivo de pymes en el sector. Por esa razón, los expertos insisten en la necesidad de líneas de ayuda para afrontar una crisis que puede recrudecerse si la paralización del país se alarga en el tiempo. «Habrá que pensar en ayudas generales para el relanzamiento de la actividad cuando pase todo. Mientras tanto, habrá que ayudar a la subsistencia en parada de trabajadores y empresarios del sector», afirma Pablo Díaz Luque.

Como en todos los ciclos, este es un punto de cambio en un periodo que ha sido particularmente alcista y al que ahora costará volver a llegar. Pero el sector ha salido de crisis significativas en numerosas ocasiones, y cuando llegue el momento de abrir de nuevo todas las infraestructuras turísticas, puede ser la ocasión de repensar el modelo económico. Como explica el profesor de la UOC, el turismo es una actividad intrincada en la sociedad, y depende del resto de factores socioeconómicos e interactúa con ellos. Por eso, «una buena sanidad, al igual que cierta seguridad, buenos transportes, cultura, etc., son un factor básico para una atracción armónica de turistas». Además, según este experto el final de la situación de emergencia por el coronavirus podría ser una oportunidad para repensar modelos de negocio insostenibles «que causaban cierta turismofobia y turistificación. En Estados Unidos hay decenas de grandes superficies comerciales abandonadas; espero que no se dé el caso de grandes hoteles en España», señala.

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