28/3/23 · Investigación

«Los bots conversacionales pueden hacer cambiar la manera de aprender y de enseñar»

Maite Fernández Ferrer

Maite Fernández Ferrer

Maite Fernández Ferrer , investigadora del grupo de investigación consolidado Learning, Media & Social Interactions y profesora lectora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC

 

Los bots conversacionales, programas de software capaces de conversar con un usuario para resolver sus dudas, son herramientas tecnológicas cuyo uso comienza a introducirse en el terreno de la educación. Maite Fernández Ferrer, profesora lectora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta Catalunya (UOC) y miembro del grupo de investigación Learning, Media & Social Interactions de la UB, ha analizado cuatro casos concretos de implementación de bots conversacionales en las aulas y muestra los resultados en el libro Chatbots en educación. Tendencias actuales y desafíos futuros.

 

Los bots conversacionales, programas de software capaces de conversar con un usuario para resolver sus dudas, son herramientas tecnológicas cuyo uso comienza a introducirse en el terreno de la educación. Maite Fernández Ferrer, profesora lectora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta Catalunya (UOC) y miembro del grupo de investigación Learning, Media & Social Interactions de la UB, ha analizado cuatro casos concretos de implementación de bots conversacionales en las aulas y muestra los resultados en el libro Chatbots en educación. Tendencias actuales y desafíos futuros.

Conocemos los bots conversacionales principalmente como asistentes en páginas comerciales o de servicios públicos. ¿cómo se implementan en educación?

En primer lugar, creo que es importante diferenciar entre los bots asistenciales (también conocidos como agentes conversacionales o agentes conversacionales pedagógicos) y el ya famoso Chat GPT. En nuestro caso, los bots que presentamos en el marco del proyecto Análisis de los efectos de la provisión de feedback soportado por tecnologías digitales de monitoreo sobre las competencias transversales (financiado por la Agencia Estatal de Investigación) están diseñados (o en algunos casos codiseñados) para tener una conversación automática con el estudiantado de manera que respondan lo que queremos y como nosotros queremos. Desde el punto de vista informático son más sencillos y su interfaz es mucho más limitada; incluso pueden parecerse a un menú porque, más que hablar, el estudiantado pasa por un camino de preguntas y respuestas en el que tiene que escoger entre varias opciones. En cambio, el ya mediático Chat GPT se basa en la inteligencia artificial y es una herramienta que entiende el lenguaje natural e incluso tiene la habilidad de mantener conversaciones a partir de repetir cómo hablamos las personas. 

Dicho esto, los bots asistenciales pueden ser una herramienta muy útil en el ámbito educativo porque pueden ayudar a acceder a los recursos y a la información de manera más eficiente. Son una solución muy innovadora para conectar la tecnología y la educación: como recurso de soporte al aprendizaje; para resolver dudas de manera rápida; para hacer un seguimiento del estudiantado o tener información sobre su proceso de aprendizaje; como notificador, recordatorio o recomendador de las actividades que el estudiantado debe desarrollar; como sistema de preguntas y respuestas; para realizar cuestionarios interactivos o incluso para evaluar el aprendizaje del estudiantado. Pueden ser asistentes virtuales, tutores en línea, para adaptar el contenido a cada persona mediante algoritmos... Incluso como apoyo emocional, al responder preguntas sobre el estrés o la ansiedad y brindar recursos de apoyo a la salud mental. 

¿Existen ya casos de bots con los que el alumnado esté interactuando con este tipo de programas? ¿Cuáles?

Sí, en la actualidad ya existen varios casos de bots en educación: Duolingo, Aida, Woebot... Y es muy probable que, a medida que la tecnología avance, y ahora más con la inclusión del Chat GPT, cada vez sean más los bots utilizados en educación y sus nuevas formas de aplicarlos en el aula. Este libro presenta el análisis de cuatro experiencias de uso del bot conversacional en los procesos de enseñanza y aprendizaje como soporte al estudiantado. Concretamente, un prototipo de bot para una unidad didáctica de tecnología en educación secundaria, en primero de la ESO; una experiencia de cocreación e implementación de un bot en el área de ciencias sociales en educación superior; un uso del bot para el desarrollo de competencias y, de forma específica, de la capacidad de autorregulación del estudiantado y, finalmente, y en la misma línea, una experiencia de uso del bot orientado también a la autorregulación del aprendizaje como elemento facilitador de la planificación.

¿En qué casos o en qué etapas educativas pueden resultar interesantes?

Pueden ser útiles en educación secundaria o superior, y en varias modalidades educativas, como en educación a distancia o en entornos híbridos. Pero, con un buen diseño pedagógico detrás, los bots conversacionales pueden convertirse en una herramienta útil en cualquier etapa educativa en la que se requiera de apoyo personalizado, de feedback inmediato o de orientación sobre algún tema específico.

¿Qué elementos hacen falta o cuánto tiempo se necesita para que estos programas estén preparados para dar servicio al estudiantado?

Este es uno de los elementos clave del libro: el diseño de los bots asistenciales en educación. Las experiencias que hemos seleccionado nos muestran que la toma de decisiones, la investigación y el diseño son los puntos fuertes para el uso de bots en el ámbito educativo. Son los elementos que aseguran el desarrollo de agentes pedagógicos verdaderamente atractivos, útiles y válidos. De hecho, el análisis de los cuatro casos planteados destapa que simular diálogos humanos es una tarea realmente difícil y que, además, implica retos para los que el profesorado no está preparado. En general, la preparación de un bot conversacional para dar servicio al estudiantado puede variar dependiendo de diversos factores: el diseño y la programación del bot, que puede llevar varias semanas e incluso meses, según la complejidad de las funciones que quieran implementarse; la recopilación de datos y el entrenamiento para poder aprender y mejorar su capacidad de respuesta, que influirá en el tiempo que se tarde en programar; la validación del bot, al que se somete a pruebas y ajustes para asegurar que funciona correctamente y proporciona el servicio deseado, y, finalmente, queda la integración del bot con otras herramientas y sistemas de la institución educativa. Eso siempre conlleva un tiempo adicional. Al final, su éxito dependerá en gran medida de esta integración, e incluso de la capacidad de la institución para implementarlo y promocionarlo adecuadamente entre el estudiantado.

Estos programas "aprenden" con la experiencia y van perfeccionándose. ¿Pueden, a la larga, terminar eliminando puestos de trabajo de docentes? 

La inclusión de bots en educación no sustituye a las figuras docentes o a las del personal de administración y servicio, sino que reemplaza algunas tareas asumidas por estas figuras o las complementa. Aunque es cierto que estamos viendo que pueden aprender y mejorar con la experiencia, no existe ninguna probabilidad de que terminen eliminando el rol docente. Lo más probable que pase durante los próximos años es que nos ayuden a ser más eficientes y efectivos en nuestro trabajo y nos proporcionen apoyo adicional en áreas específicas. Debemos tener en cuenta que pueden ser muy útiles para tareas específicas, pero la capacidad que tiene el profesorado de ofrecer una enseñanza más personalizada y adaptada a las necesidades de cada estudiante no la puede tener un bot.

¿A qué desafíos se enfrentan docentes y programadores a la hora de implementar este nuevo servicio en las aulas?

Además de lo ya expuesto, destacaría tres elementos. Uno es la adaptación a las necesidades del estudiantado: los bots conversacionales deben ser capaces de proporcionar respuestas personalizadas y adaptarse a cada situación. Eso requiere de una programación cuidadosa y un diseño que pueda procesar preguntas y respuestas de manera eficaz. En segundo lugar, su integración efectiva en los planes de estudio, lo que quiere decir que tal vez debamos cambiar la forma en la que enseñamos ciertos temas o incluso adaptarnos a las nuevas formas en que el estudiantado aprende. Por último, la formación docente. Es importante trabajar para promover y adoptar el bot en el aula, y esto pasa por requerir capacitación del profesorado para que comprenda cómo y cuándo debe utilizarlo.

Pero ¿qué pasaría si me preguntaras de forma específica sobre los desafíos a los que nos enfrentamos profesoras y profesores con el nuevo Chat GPT? ¿La respuesta sería la misma? Ya hemos visto que la educación es un ámbito en el cual los bots conversacionales tienen un impacto positivo y significativo en el aprendizaje del estudiantado. Pero esta nueva herramienta basada en la inteligencia artificial va mucho más allá: tiene el potencial de cambiar la manera en que aprende el estudiantado. Eso quiere decir que el Chat GPT puede cambiar la forma en que evaluamos al estudiantado. En lugar de limitarnos a las pruebas tradicionales que evalúan principalmente la memorización (y aceptando que estas pueden tener su papel), podrían utilizarse para evaluar su capacidad para seleccionar, aplicar y sintetizar la información, y para comunicar ideas de manera clara y coherente.

Imagina que te digo que un 20 % de las respuestas de esta entrevista han sido elaboradas con información proporcionada por el Chat GPT. Ahora, además, vamos a suponer que soy una estudiante y que esta es una de las actividades que acabo de entregarte en tu asignatura. ¿Estaría suspendida si realmente he sabido transmitir mi mensaje de manera eficaz, a través de distintos canales, y sabiendo cómo acceder a la información, cómo usarla adecuadamente, cómo relacionarla con mis conocimientos previos para que sea significativa y cómo generar mi propio discurso?

En estos momentos estamos viendo cómo el Chat GPT puede convertirse en una herramienta educativa efectiva capaz de ayudar al estudiantado mucho más allá de los primeros bots conversacionales que presentamos en nuestro libro. Si yo misma he sido capaz de responder a parte de esta entrevista (y, si hubiera querido, a su totalidad) a través de mantener una conversación con él, ¿qué no podrían hacer nuestras y nuestros estudiantes para dar respuesta a las actividades de evaluación que les estamos planteando en nuestras asignaturas?

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