Melinda Jiménez Ibáñez es la responsable de Trabajo Social Sanitario y Voluntariado del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. Jiménez participó como experta en el XI Encuentro UOC de Trabajo Social Sanitario, la II Jornada de Trabajo Social Sanitario del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y la VIII Jornada de la Sociedad Científica Española de Trabajo Social Sanitario. La jornada se organizó para celebrar, como cada año, el Día Internacional del Trabajo Social Sanitario, el pasado 3 de octubre. En esta entrevista, Jiménez habla de la importancia del trabajo social sanitario en todos los ámbitos de la salud, y apunta algunos de los principales retos de esta nueva área de conocimiento, crucial para el bienestar de las personas.
¿Crees que el trabajo social sanitario ha logrado el reconocimiento que se merece?
La verdad es que no. Creo que en los últimos diez años el trabajo social sanitario ha dado un salto cualitativo en las áreas de formación de los profesionales, en la visibilidad dentro y fuera de las instituciones, también en las plantillas con mayores dotaciones…, pero creo que todavía queda mucho recorrido si realmente estamos convencidos de que somos seres con una dimensión biopsicosocial (como mínimo, ya que hay muchos autores que hablan de la dimensión espiritual y cultural). Desde el paradigma biopsicosocial, y tal y como definió la OMS la salud, como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades", es el trabajo social sanitario el encargado de poder atender esta dimensión social con el fin de poder fomentar la salud de las personas y comunidades.
¿Crees que socialmente es conocida y reconocida la labor del trabajo social sanitario? ¿Cómo lo definirías para las personas que desconozcan lo que es?
Todo depende del prisma desde donde se mide. Desde mi punto de vista, y si pienso en mi trayectoria profesional, la labor del trabajo social sanitario, en general, es más conocida ahora que hace veinte años. El reconocimiento, en cambio, es diferente. La profesión del trabajo social sanitario (TSS) está considerada como una profesión de ayuda, así como enfermería o educación. Son profesiones con poco reconocimiento social y, sin entrar en profundidad, con un fuerte componente de feminización, que, sin duda, como ya se sabe, está directamente relacionado con el reconocimiento social de las profesiones.
Dentro de las profesiones de "cuidado y feminizadas" también, por supuesto, hay escalas de reconocimiento. Si pensamos de forma muy generalista, el TSS es una profesión feminizada —un eje de desigualdad—, minoritaria —otro eje de desigualdad— y socialmente entendida como dirigida a la ayuda de personas con necesidades varias como la pobreza —otro eje de desigualdad—.
Creo que hay muchos aspectos con los que trabajar el "estigma" de la profesión del TSS, en particular, y en general, como he comentado, de todas las profesiones de ayuda. Pienso que es un tema social y cultural que tiene que abordarse: por ejemplo, el cuidado de los bebés lo dejamos en manos de educadoras. ¿Qué valor damos a las personas que cuidan de nuestros bebés? ¿Y de "nuestros" mayores? ¿A quién reconocemos: a estas profesionales o a otras profesiones con más impacto mediático o económico?
¿Para ti cuáles son las principales aportaciones del trabajador social sanitario al bienestar de las personas? Su labor trasciende al propio paciente y también implica a su familia y entorno.
El trabajo social sanitario aporta la dimensión social, aporta el diagnóstico social sanitario al resto de diagnósticos de los otros profesionales (médico, psiquiátrico, etc.). Si nos centramos en la salud, cuando valoramos las necesidades de una persona, familia o grupo y no tenemos en cuenta las necesidades sociales, lo estaremos haciendo de manera parcializada, dejando de lado una de las dimensiones vitales de las personas. Pero, si pensamos en educación, también pasa lo mismo: cuando no se contempla la dimensión social de un alumno, estamos obviando una de las dimensiones vitales de este y de un alto impacto. El trabajo social sanitario también pone en el centro a la persona, es decir, no es una enfermedad o un órgano que tiene problemas, es una persona en un determinado contexto, con unas dimensiones determinadas y cuyo abordaje facilitará o no la mejora de la persona o de la comunidad.
¿De qué manera ha trabajado, trabaja y seguirá trabajando el Hospital de Sant Pau en el ámbito del trabajo social sanitario? ¿Podrías poner algunos ejemplos?
El trabajo social de Sant Pau ha sido pionero, con una de las primeras unidades de trabajo social de España y Europa, además de un trabajo colaborativo y de calidad con los equipos. El Hospital de Sant Pau se caracteriza por estar dentro de los primeros hospitales con mejor reconocimiento en el benchmarking (análisis comparativo) en cuanto al trato a las personas, y el trabajo social, cómo no, también lo es. En este sentido de caracterizar a Sant Pau como innovador y con un destacado lugar en cuanto al trato a las personas, desde el TSS seguimos apostando por la innovación y por dar el mejor trato posible a las personas que atendemos.
¿En qué tipo de pacientes es más necesario el trabajo social sanitario?
La verdad es que no creo que haya un tipo de paciente que necesite más TSS que otro; hay población más numerosa que en términos de eficiencia se beneficiarían en mayor número que otros. Por ejemplo, en Sant Pau tenemos una población de referencia muy mayor, y esto puede ser causa de dependencia y fragilidad. En este caso, el disponer de programas específicos de intervención desde el TSS para personas frágiles puede suponer un beneficio para un mayor número de personas.
Esto no quiere decir que personas de colectivos más minoritarios no vayan a beneficiarse de la atención del TSS; lo que ocurre es que se beneficiarán un menor número. La dificultad radica en que no tenemos un número suficiente de profesionales de TSS para atender a la población, y desde esta realidad debe priorizarse, algunas veces en referencia al número de personas que pueden beneficiarse, otras veces según la evidencia científica, otras veces con la creación de programas específicos para detectar y priorizar la intervención social…
¿Por qué son importantes los estudios especializados en trabajo social sanitario?
El TSS es una especialidad dentro del TS. La formación de TS, el grado, da una formación generalista y muchas veces dirigida más al ámbito de servicios sociales o al tercer sector. Para poder trabajar en salud necesitamos una formación específica en conceptos de salud, en patologías, en cómo afecta una determinada patología a la esfera social de las personas y a la inversa, en las formas de intervención desde salud, en el sistema sanitario, en salud pública... Hay un extenso campo de formación necesaria para poder actuar de forma mucho más profesionalizada.
¿Está el trabajo social sanitario debidamente presente en el ámbito público? ¿Está suficientemente dotado con recursos el sistema para que se ofrezca a la comunidad de forma equitativa un buen servicio de trabajo social sanitario?
Definitivamente, el TSS no está representado ni en el ámbito público (consejerías) ni en los diferentes servicios (hospitales, primaria, etc.). Yo respondería con una pregunta o una investigación. ¿Cuántos profesionales de TSS están trabajando en cada uno de los departamentos o consejerías de Salud de las diferentes comunidades autónomas de España como profesionales de TSS? ¿Qué profesiones están trabajando en las consejerías de Salud? ¿Qué porcentaje son profesionales de TSS? Cuando se planifica en salud, ¿se tiene en cuenta a los profesionales de TSS?
Y, respecto a la segunda pregunta, tal y como comentaba anteriormente, como no disponemos de suficientes trabajadores sociales en los dispositivos sanitarios, tenemos que priorizar la intervención del TSS por programas específicos que maximicen el impacto de nuestra intervención.
¿Dónde es más importante el trabajo social sanitario: en atención primaria u hospitalaria?
El TSS es imprescindible en todos los ámbitos de la salud. Desde la atención primaria se ofrece un TSS más transversal y de continuidad, y desde el TSS hospitalario ofrecemos un TSS que detecta, que comunica a la primaria, que informa y acompaña en los primeros momentos del diagnóstico a las personas, que asesora de lo que pasará y cómo afrontarlo, especialmente al inicio de un proceso o cuando ha habido un "hecho no esperado". El TSS hospitalario es más puntual y más rápido, y el TSS de primaria tiene más continuidad en el tiempo. Por poner un ejemplo: una persona diagnosticada de demencia en el hospital. En este primer momento del diagnóstico, es muy importante para la persona y la familia que un profesional de TSS acompañe en esta primera noticia, que asesore, que oriente, que explique el proceso, que resuelva dudas... Y el profesional de TSS de primaria acompañará en el transcurso de la enfermedad, en las dudas y dificultades que puedan surgir durante el proceso y cuando la persona está en el domicilio.
¿Cuáles son los principales retos del futuro en cuanto a trabajo social sanitario?
El trabajo social sanitario tiene, desde mi punto de vista, tres principales retos: seguir trabajando para el reconocimiento de la especialización sanitaria, seguir la formación en salud y hacer investigación y publicar muchísimo más: ¡hacer ciencia!