30/8/18 · Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación

Cansancio o cambios de humor, los síntomas del síndrome posvacacional que sufren los niños con la vuelta al colegio

Acostarse más temprano, seguir una alimentación energética o reencontrarse con los amigos antes de empezar las clases son algunas de las claves para evitarlo

El 65 % de los adultos sufre también este fenómeno psicoemocional
Foto: Cèlia Atset

Foto: Cèlia Atset

Entre la próxima semana y la siguiente, miles de escolares iniciarán un nuevo curso. Como los adultos, los niños también pueden sufrir síndrome posvacacional, que se manifiesta, entre otros síntomas, con cansancio, cambios de humor o, en casos más puntuales, problemas estomacales. Para evitarlos o al menos minimizarlos, los psicólogos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) aconsejan introducir algunos hábitos los días antes de volver a clase. «La clave es poner el foco en todos los aspectos positivos que tiene el inicio de curso: reencuentro con los amigos, profesores, nuevos retos...», explica la psicóloga Mireia Cabero. «En el caso de que se les despierte un rechazo exagerado, debería buscarse por qué: si es por alguna actividad, por algún compañero...», apunta.

Para los expertos, los cinco hábitos clave que deben irse recuperando estos días previos son los siguientes:

1. Volver a regular las horas de sueño. «El hábito de acostarse más temprano facilitará que el día que empiecen la escuela puedan levantarse sin necesidad del despertador», coinciden Cabero y el psicopedagogo de la UOC Antoni Badia.

2. Seguir una alimentación energética que facilite la rutina. Los dos expertos recomiendan eliminar productos con azúcares refinados propios del verano como los helados.

3. Reencontrarse antes de empezar las clases con los amigos de la escuela. «Los ayudará a hacer revivir experiencias positivas del curso anterior», afirma Cabero.

4. Ir a comprar el material del nuevo curso juntos para que se ilusionen con el inicio de las clases.

5. Recordarles las cosas que les gustaban de la escuela.

Los dos profesores destacan que la dificultad de volver a la rutina escolar se muestra de forma muy distinta en los menores que cursan educación infantil y los que estudian ESO. «Los primeros pueden manifestarlo en forma de llantos o quejas, mientras que los segundos optan mayoritariamente por el silencio. Eso no quiere decir –dejan claro– que el adolescente no tenga que hacer ningún esfuerzo», explican.


Mujeres mayores de cuarenta y cinco años, las que más sufren el síndrome

En cuanto a los adultos, un 65 % de los trabajadores sufre síndrome posvacacional, según un estudio de Sanitas. Afecta sobre todo a mujeres de más de cuarenta y cinco años. El 20 % logra recuperarse en solo dos días, pero un 35 % arrastra los síntomas hasta dos semanas. «La vuelta a la normalidad supone un revés emocional y físico para nuestro organismo, que ya se ha habituado a ciertas dinámicas de vacaciones», concreta Cabero. «Si el periodo de malestar se extiende más de catorce días, el trabajador debería replantear su presente profesional: si la empresa donde está es la idónea, si el trabajo que desempeña le gusta realmente... En caso negativo, debería hacer un planteamiento de futuro», aconseja.

Entre los síntomas que se manifiestan están la irritabilidad, el nerviosismo, la inquietud, la tristeza, el insomnio y el cansancio. Para evitarlos, los expertos plantean las siguientes recomendaciones:

1. Programar la vuelta a casa de forma anticipada. Tener que volver al trabajo al día siguiente de un viaje no ayuda a «una transición positiva a la rutina».

2. Empezar por las tareas más sencillas, ya que eso ayuda a la adaptación del trabajador.

3. Ser positivo y proactivo. «La negatividad no sirve para nada», explica Cabero.

4. Respetar los horarios y no llevarse trabajo a casa. Según la psicóloga, una vuelta gradual es mucho más positiva que altos niveles de estrés y mucha carga de trabajo.

5. Hacer deporte moderado. El ejercicio físico hace que se liberen endorfinas, que ayudan a deshacerse del estrés.

A pesar del porcentaje de personas que lo sufren, la Organización Mundial de la Salud, la OMS, no reconoce este fenómeno psicoemocional como una enfermedad.

Expertos UOC

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