17/2/22 · Institucional

El máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior, primera titulación de la UOC que obtiene el sello de excelencia

Otorgado por la AQU, este sello reconoce numerosas buenas prácticas de la UOC
Foto: UOC

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El máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior de la UOC, pionero en castellano y catalán en su ámbito, ha sido acreditado "en progreso hacia la excelencia" por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU). Esta calificación supone la concesión de un sello de excelencia, el primero que obtiene una titulación de una universidad catalana en línea. Reconoce buenas prácticas, como "la incorporación de nuevas competencias vinculadas a los ODS; una propuesta formativa enfocada al ámbito profesional y la internacionalización; la revisión constante para identificar áreas de mejora; el vínculo con el mercado laboral; los procesos de tutoría y seguimiento del alumnado, y la adquisición de competencias o metodologías innovadoras, entre otras".

"Esta acreditación es un gran hito para el equipo del máster y para la UOC, puesto que es una manera de distinguirse de la gran oferta existente, pero también lo es para las titulaciones universitarias oficiales en línea. Es una forma de evidenciar que esta oferta no solo es muy útil para hacer posible la formación en tiempo de confinamiento o dirigida a una población que no puede acceder a la formación tradicional por cuestiones de tiempo o de distancia, sino que también es una buena opción —una opción de calidad educativa por ella misma", explica Nati Cabrera, directora del máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior, creado en 2017. "Por otro lado, un programa que forma a profesionales de la calidad tiene que predicar con el ejemplo: el estudiantado está experimentando y verificando esta excelencia en cada asignatura y actividad que realiza. No hay mejor aprendizaje que aquel que se puede experimentar por sí mismo", añade Cabrera. "Ser titulado en un programa acreditado tiene un significado en términos de la calidad de lo que se ha aprendido, del nivel logrado y del significado e impacto de la titulación en el mercado laboral y en la sociedad en general", afirma. 

En el caso concreto de este máster, el proceso de acreditación lo ha llevado a cabo la Agencia de Calidad y Prospectiva Universitaria de Aragón (ACPUA), puesto que la titulación se hace en colaboración con la AQU. En este sentido, Teresa Guasch, directora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, explica que "es un reconocimiento externo al gran trabajo de cómo, desde su gestación, este máster se ha orientado a la excelencia en todos los procesos: en la coordinación y trabajo con la AQU, en la selección del profesorado colaborador, en la creación de pautas compartidas, en un liderazgo claro… Ha sido un gran trabajo de equipo".

Buenas prácticas y fortalezas


El proceso de acreditación ha sido el mismo que sigue cualquier titulación universitaria, "pero el nivel exigido a cada estándar evaluado es bastante superior", explica Cabrera. El primer paso "consiste en un autoinforme elaborado por parte de una comisión interna de evaluación formada por profesores, personal de gestión, estudiantes, graduados y empleadores, que permite recoger evidencias, analizar los datos, reflexionar juntos y valorar si hay elementos que pueden ser evaluados como excelentes o no. Después, una comisión externa evalúa el autoinforme y las evidencias presentadas, y contrasta todos los elementos del autoinforme en las reuniones que mantiene con los grupos de interés".

La obtención de este sello implica la detección de buenas prácticas y fortalezas, como por ejemplo "la incorporación de nuevas competencias vinculadas a los ODS; una propuesta formativa enfocada al ámbito profesional y la internacionalización, con una incorporación significativa de estudiantes de Latinoamérica; la revisión constante para identificar áreas de mejora; la coordinación en todos los niveles; el vínculo con el mercado laboral; los procesos de tutoría y seguimiento del alumnado; un feedback formativo que promueve la reflexión del alumnado sobre los procesos de aprendizaje, y la adquisición de competencias o metodologías innovadoras, entre otras".

Cabrera afirma que "una titulación no llega sin más a este punto de excelencia. Tiene que haber un camino trazado en el que todos los agentes que intervienen estén alineados, conciban un mismo proyecto formativo en aspectos fundamentales y, sobre todo, estén dispuestos a poner muchos esfuerzos en la mejora continua a lo largo de los años previos a la acreditación. Este es el camino: unos informes de seguimiento de la titulación precisos, compartidos y reflexionados con el equipo para identificar acciones concretas que permitan e impulsen una trayectoria de mejora".

Guasch destaca que, "entre los objetivos de este año, nos hemos marcado trabajar en dos programas —un grado de reciente creación y un máster que prevemos iniciar el próximo curso— para orientarlos hacia esta excelencia". "Entendemos que esta orientación empieza con el liderazgo del equipo y con la orientación de toda la universidad hacia este hito. Por supuesto, esto implica trabajar de forma distinta, pero creemos que, como estudios que investigamos sobre cómo se enseña y se aprende, precisamente tenemos que poner el foco en este aspecto y aprovechar este efecto de mancha de aceite para trasladar este enfoque y esta metodología de trabajo al resto de los programas. Se trata de un gran reto, pero ya hemos dado un buen paso", afirma la directora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación. Cabrera comparte esta visión: el proceso vivido "ha abierto un camino, un método de trabajo interno, entre el profesorado y el estudiantado, con el apoyo del equipo de gestión", señala.

Datos sobre el máster


El objetivo del máster es contribuir a la profesionalización de las personas que trabajan o quieren trabajar en el ámbito de la calidad universitaria. Cada curso académico, el máster cuenta con 120 estudiantes activos, mayoritariamente mujeres (alrededor del 60 %), de entre 25 y 45 años, y que trabajan en el sector.

La propuesta formativa nace del conocimiento del equipo docente, del asesoramiento de expertos internacionales y de las alianzas con la AQU y la red internacional de agencias de calidad INQAAHE. Según Cabrera, "se orienta hacia una vertiente práctica que la hace muy atractiva y, desde un punto de vista metodológico, es flexible, integra el trabajo conjunto de conocimientos y competencias, y basa la progresión del estudiantado en la realización de actividades significativas, contextualizadas y en línea".

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