11/1/24 · Noticia

"La telesalud implica cambiar la forma en que se han hecho las cosas durante años"

Liam Caffery, profesor asociado de Telesalud y director de Tecnología de Telesalud del Centro de Salud en Línea de la Universidad de Queensland
e-health center

Liam Caffery es profesor asociado de Telesalud y director de Tecnología de Telesalud del Centro de Salud en Línea de la Universidad de Queensland. Recientemente, vino a la sede de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en Poblenou (Barcelona), invitado por el eHealth Center de la universidad, para hablar de telesalud en el contexto australiano actual. Su investigación principal se centra en ensayos pragmáticos de servicios de telesalud. Caffery, además, tiene un interés especial en el uso de la telesalud para la salud indígena y la prestación de atención sanitaria rural. También se dedica a evaluar el alcance de este sistema desde enfoques multidisciplinarios que incluyen la eficacia clínica, las perspectivas de los pacientes, los aspectos económicos, los aspectos organizativos y los aspectos socioculturales, éticos y legales.

Asimismo, preside el grupo de trabajo de dermatología de la organización de desarrollo de estándares DICOM, así como el grupo de trabajo de estándares de tecnología de la International Skin Imaging Collaboration: Melanoma Project. Este proyecto es una asociación entre la academia y la industria y está diseñado para facilitar la aplicación de imágenes digitales de la piel con el objetivo de ayudar a reducir la mortalidad por melanoma. También es vicepresidente de la Sociedad Australiana de Telesalud y miembro ejecutivo de la Sociedad Internacional de Teledermatología.

¿Podría darme algunos datos a gran escala sobre la implementación de la telemedicina en Australia? ¿Cuál es el estado actual, en lo que se refiere a los principales desafíos y oportunidades?

Dado que la telesalud referida a la COVID-19 representa alrededor del 20 % de la prestación de atención médica, hay variaciones según la disciplina: para consultas médicas, tanto de médicos generales como de especialistas, es mucho mayor que para el resto de los profesionales de la salud: dietistas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales… Las consultas telefónicas y por vídeo son las formas de contacto predominantes de este método de atención a distancia que tenemos hoy. El teléfono representa el 87 % de las consultas, mientras que el vídeo tan solo el 13 %.

Ya cuenta con más de 20 años de experiencia en el Centro de Salud en Línea.¿Cuál es el principal trabajo que realiza allí?

El Centro de Salud en Línea es un instituto académico que tiene tres áreas principales de trabajo: investigación, educación y prestación de servicios clínicos. Impartimos cursos universitarios tanto de pregrado como de posgrado. Esta oferta suele ser de materias optativas de telesalud en cualquiera de los cursos de ciencias de la salud: medicina, odontología, enfermería… También brindamos educación profesional continua a la fuerza laboral existente, generalmente en forma de talleres, y realizamos la capacitación en línea con alrededor de cincuenta lecciones alojadas en un sistema de gestión del aprendizaje. Los académicos del centro, además, supervisan a los estudiantes de investigación de grados superiores (RHD), que hoy por hoy son unos doce.

Nuestra investigación está organizada en varios temas: COVID-19 y telesalud, evaluación del servicio, teledermatología, cuidados telepaliativos, salud rural y remota, enfermedad crónica, literatura saludable, salud indígena y salud mental. El personal académico está formado por nueve miembros. Cada tema de investigación está a cargo de un miembro del personal académico, y el personal académico contribuye a uno o más de los temas de investigación.

Actualmente, ofrecemos una variedad de servicios de telesalud clínica, incluidos programas escolares para patología del habla y lenguaje y terapia ocupacional. El centro también es un proveedor central acreditado del proyecto ECHO, y brindamos servicios de telementoría en cuidados paliativos, demencia y salud mental. Asimismo, dirigimos el centro de servicio de telepediatría de Queensland durante más de 15 años y realizamos más de 20.000 teleconsultas.

Fue el primer profesional del mundo en publicaciones sobre teleasistencia. ¿Cómo lo logró? ¿Cuál es el secreto de su experiencia?

El número de publicaciones está simplemente relacionado con la longevidad. Es decir, el centro ha estado publicando sobre telesalud durante los últimos veinte años. Nos asociamos con muchas organizaciones de atención médica y siempre intentamos publicar una evaluación de su servicio.

Es experto en la implementación de herramientas de telemedicina dirigida a conseguir que la tecnología que se está desarrollando sea eficaz y sostenible. Cuénteme un poco más de qué se trata.

Probablemente, no sea del todo correcto, ya que vemos la telesalud como un servicio más, no como una tecnología. Gestionar la implementación es fundamental para el éxito de un servicio, puesto que es muy difícil recuperarse de una mala experiencia. La clave es diseñar o rediseñar un servicio adaptado a las particularidades de la atención presencial. El segundo aspecto que se debe tener en cuenta es asegurarse de que los médicos estén completamente capacitados. La capacitación no se limita solo al equipo de atención a distancia, sino que debe incluir la optimización de las videoconsultas, consejos y trucos para la comunicación en línea, la comprensión de qué pacientes y qué interacciones son susceptibles a la telesalud y cuáles no… Y lo más importante, simular teleconsultas con mucha fidelidad al entorno clínico real antes de intentarlo con un paciente real. El tercero punto es evaluar el servicio: puede ser una evaluación formal que analice la rentabilidad clínica, o un enfoque menos formal, como el aprendizaje reflexivo, en el que hacemos que los médicos piensen en cómo se puede mejorar el servicio. Esto a menudo ha dado lugar a mejoras espectaculares y a un aumento de la complejidad de los casos que pueden gestionarse mediante telesalud.

Desde su punto de vista experto, ¿qué estrategias podemos adoptar para convencer a los responsables políticos y a los usuarios de la necesidad de la telemedicina?

Es necesario asociarse con tantos servicios clínicos como sea posible y evaluar los servicios de telesalud, de modo que se construya una gran base de evidencia para respaldar el cambio de políticas. La clave son las asociaciones clínicas. Asimismo, se necesitan grupos de consumidores activos para aumentar la conciencia sobre ello y promover su uso entre los grupos políticos. Sin embargo, el cambio de política es un largo camino, a menos que haya un evento extraordinario como la COVID-19.

¿Cómo podemos hacer que los avances sean implementables para garantizar la transferencia?

Para garantizar la sostenibilidad de la transferencia, siempre se debe pensar en algo desde el día uno y no de forma tardía. Un punto de partida es la evaluación que proporciona evidencias del costo o la efectividad clínica de un servicio piloto. Invertir en educación de la fuerza laboral también ayuda a garantizar que el conocimiento de la telesalud tenga una base amplia y no solo unos pocos defensores. Además, debe estar legitimada por una organización de atención médica, incluyéndola como parte de su plan estratégico y desarrollando políticas y directrices para apoyar al usuario.

¿Cuál es su experiencia en relación con la evaluación e intervención a través de la telemedicina en niños con trastornos del lenguaje? ¿Qué desafíos y oportunidades plantea?

Como investigador de servicios de salud, no soy alguien capaz de opinar sobre el conocimiento disciplinario de los trastornos del lenguaje, pero puedo decir que las oportunidades son un mayor acceso a los SLP (Speech-Language Pathologysts) y a servicios subespecializados y una mayor conveniencia para acceder a los servicios (menos tiempo fuera de la escuela y de otras actividades, menos viajes y reducción del costo asociado). La telesalud puede ayudar a abordar la escasez de SLP en algunas zonas, por ejemplo, en zonas rurales. Es más fácil involucrar a varias partes: profesionales, familias, maestros…, cuando se reúnen virtualmente que en persona. El mayor desafío es que la telesalud puede ser disruptiva y a menudo implica cambiar la forma en que se han hecho las cosas durante años. Alguien tiene que tomar la iniciativa en el diseño e implementación de un nuevo modelo de servicio. Siempre hay alguien que se ve desafiado por el cambio: pero esto, hay que gestionarlo.

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