9/12/13

«Los psicólogos ambientales tenemos que conseguir que la conducta más beneficiosa sea la opción fácil»

Robert Gifford ,

El concepto de psicología ambiental es bastante desconocido todavía por la sociedad.
Sí. A pesar de que hace 50 años que se trabaja en ella, continúa siendo una pequeña parte de la psicología. No responde a la idea tradicional que se tiene de la psicología y que retratan los medios sobre un profesional que ayuda a una persona con problemas psicológicos. La psicología ambiental estudia la vida cotidiana: cómo estamos en el trabajo, en casa, en la calle... Por ejemplo, por qué nos hemos sentado en la cafetería para hacer esta entrevista, cómo compartimos los espacios en nuestra casa, en el trabajo...

En una escala más amplia, la psicología ambiental se fija en cómo planificamos una ciudad o un espacio público, y cómo nuestras decisiones tienen un impacto en el medio y el cambio climático. Porque, aunque a menudo decimos «yo solo no puedo hacer nada contra el cambio climático», esto no es cierto. Cada día cada tenemos opciones para escoger, y nuestras decisiones, de manera acumulativa, tendrán un impacto en el cambio climático.
Ha cerrado el congreso con una conferencia sobre «espacios híbridos». ¿Qué son estos espacios?
Todo espacio es una mescla de diferentes entornos. A pesar de que estamos en un entorno físico, también tenemos un entorno psicológico. La mezcla de estos dos entornos es lo que entendemos por espacios híbridos. Por ejemplo, tú y yo estamos hablando y alguien me llama al móvil. De repente dejo de estar en ese entorno psicológico para estar en otro. O cuando jugamos a un videojuego: estamos en el comedor de casa pero nuestra mente está en el juego virtual. Eso es un entorno híbrido porque mi cuerpo está en un espacio y mi mente en otro.
En un mundo que va tan rápido, los espacios cambian rápidamente.
Cambian muy rápido, o despacio, depende de cómo lo mires. Por ejemplo, Barcelona hizo un gran cambio con los Juegos Olímpicos de 1992. El cambio climático está cambiando el planeta, pero lo hace de manera lenta. Y, por ejemplo, si cambiamos la decoración de casa, el espacio cambiará con una gran rapidez.

«Los mensajes que restringen la libertad de las personas no funcionan»



Una de sus líneas de investigación es la relación entre el cambio climático y el comportamiento de las personas.
Yo hablo de «transacción», es decir, el cambio climático afecta a la gente, pero, claro está, también en la otra dirección: el comportamiento de la gente influye en el cambio climático. Mi investigación actual se centra en qué tipo de mensajes pueden ofrecer los gobiernos y los medios para que la gente sea más responsable con el medio. Mensajes se pueden dar muchos, pero algunos no tienen ningún efecto. Incluso pueden tener un efecto negativo. Es lo que se denomina reactance (reactancia): cuando, por ejemplo, le dices a un niño de dos años que no haga una cosa y su respuesta es volver a hacerlo.

Pasa lo mismo con adultos. Si el mensaje es «no podéis usar el coche en Barcelona», la gente reaccionará mal y lo utilizará todavía más. En cambio, podemos dar un mensaje de empoderamiento: «tú puedes ser un modelo para la otra gente si escoges ir en transporte público». Los mensajes que restringen la libertad de las personas no funcionan.
Así, ¿qué tipo de mensajes son los que funcionan mejor?
Bien, estamos en mitad de la investigación, pero puedo especular un poco. Como hemos visto en el ejemplo anterior, el mensaje que funciona mejor es cuando la gente se siente empoderada. «Una zanahoria es mejor que un palo», que decimos en inglés («A carrot is better than a stick»): un premio siempre será mejor que un castigo.
Sus estudios también se han centrado en las campañas antitabaco.
De las campañas hechas en las últimas décadas hemos entendido que la salud es importante para los ciudadanos. Así, sabemos que podemos utilizar el factor salud en las campañas contra el cambio climático. A los habitantes de Norteamérica les podemos decir, por ejemplo, que la contaminación viaja desde el sur hacia el norte, y que progresivamente habrá más agentes infecciosos en el aire que respiran.

En todo caso, no hay un único mensaje general que funcione: los mensajes tienen que ser diferentes, dependiendo de los valores y las necesidades de los diferentes segmentos de población. Eso sí, hay que evitar los mensajes negativos y apocalípticos.
La psicología ambiental también estudia cómo hacer edificios lo más adaptados a las personas. Los últimos años han proliferado los llamados edificios enfermos (sick buildings), principalmente oficinas, que se han tenido que cerrar porque los trabajadores enfermaban. ¿Qué se ha hecho mal en estos casos?
Ya hace unas décadas que hay una gran preocupación por la eficiencia energética de los edificios y durante muchos años se han construido edificios totalmente precintados, sin posibilidad de airearse. Y está claro, a veces los sistemas de ventilación pueden fallar. El argumento de los responsables de los edificios para hacer este tipo de construcciones es que no se puede confiar en las personas para que cierren las ventanas y, de ese modo, se consume mucha energía.

En el ámbito de la psicología esto ha generado un gran debate: «¿son suficientemente responsables las personas -o pueden aprender a serlo- para cumplir con la obligación de cerrar las ventanas? ¿O, para evitar problemas, es mejor no dar la posibilidad de que se abran las ventanas?». Yo creo que hay que confiar en las personas.

«Hay que mejorar la comunicación de la ciencia para que llegue a la sociedad»



Forma parte de la Red Canadiense para Combatir la Obesidad. ¿Cuál es su trabajo?
Analizo cómo los factores socioculturales pueden influir en la obesidad, y qué medidas en el ámbito de actuación del entorno se pueden tomar para disminuir la prevalencia de esta enfermedad. Por ejemplo: ¿cómo podemos alejar a los niños de las pantallas y hacer que hagan deporte? ¿Cómo podemos hacer más atractivos los barrios para que la gente quiera desplazarse a pie, y no en coche?

Una posible actuación, per ejemplo, es planificar barrios con más zonas verdes o con tiendas, que sean agradables para desplazarse a pie. Un buen ejemplo de este tipo de vía es la avenida Diagonal de Barcelona. He encontrado muy interesante el carril del medio para peatones y bicicletas.

Por otro lado, tenemos que conseguir que la conducta beneficiosa (comer sano, hacer ejercicio, etc.) sea la opción fácil. Por ejemplo, que sea más atractivo coger las escaleras de un edificio que el ascensor. En Suecia han hecho una experiencia muy atractiva, unas escaleras que son como teclas de piano y cuando subes andando suena una melodía. Se puede ver en YouTube.
Usted afirma que los psicólogos son el puente entre los científicos y los ciudadanos.
Sí, a veces se hace necesario «traducir» el lenguaje que usan los científicos para que el conocimiento científico llegue a los ciudadanos. Los científicos se quejan a menudo de que no se les escucha, pero lo que pasa a menudo es que no se les entiende, por eso hay que mejorar la comunicación de la ciencia con el objetivo de que llegue a toda la sociedad. Lo que pasa con el cambio climático es un buen ejemplo.

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