La UOC comparte en abierto los materiales formativos del proyecto Scratch Social para acercar la programación a los niños y niñas

La iniciativa formativa se dirigía a los profesionales y al voluntariado de entidades y organizaciones del tercer sector y de centros educativos que trabajan con la infancia y la juventud más vulnerables y con dificultades sociales.

Estos recursos, ahora en abierto, sirven de guía introductoria para incorporar el Scratch al currículum educativo, o bien para diseñar y organizar actividades pedagógicas dirigidas a niños y niñas, explorando todas las posibilidades educativas que ofrece la herramienta. Por ejemplo, el Scratch puede emplearse para practicar las operaciones matemáticas o para mejorar la ortografía. Además, también se incluyen materiales específicos para trabajar con Arduino o App Inventor, que permiten la conexión del Scratch con el mundo físico y la interactividad con distintos dispositivos.

Introducción al Scratch: aplicaciones prácticas en entornos socioeducativos (disponible en español): Scratch Day:http://handle.net/10609/146511 (Wiki Scratch)

Seguridad en la red (material disponible en catalán y en español): http://hdl.handle.net/10609/139426 (catalán) y http://hdl.handle.net/10609/145186 (español)

Programación visual de robots y gadgets - Scratch 4 Arduino (disponible solo en español): http://hdl.handle.net/10609/145188

Esta iniciativa forma parte del compromiso de la UOC con el conocimiento abierto y el fomento del uso de recursos de aprendizaje en abierto. Todos los materiales están publicados con licencia Creative Commons para que las personas o instituciones que así lo consideren, puedan hacer uso de ellos en los distintos proyectos e iniciativas sobre la programación en Scratch con niños y niñas.

¿Qué es el Scratch?

El Scratch es un lenguaje de programación inventado por el Instituto Tecnológico de Massachussets y dirigido a niños y jóvenes de más de nueve años que permite a los más pequeños trabajar el pensamiento computacional. Gracias a la introducción de la programación en edades muy tempranas, se pueden trabajar aspectos emocionales como la autoestima o la motivación, competencias como la creatividad o el trabajo en equipo, y habilidades cognitivas como la lógica o la resolución de problemas. Además, contribuye a fomentar las vocaciones STEM entre las niñas y a reducir el sesgo de género en las profesiones tecnológicas.