La UOC participa en las Jornadas de Innovación Docente, organizadas por el Ministerio de Universidades

El Ministerio de Universidades, en colaboración con un equipo de expertos y expertas, celebra este jueves y viernes, 8 y 9 de junio, las primeras Jornadas de Innovación Docente, para avanzar en la calidad de la educación superior universitaria y adaptarse a las nuevas demandas sociales. Concretamente, el objetivo es repensar la misión de la universidad y generar debate sobre "cómo promover un aprendizaje más activo y significativo, cómo evaluarlo con vocación formativa y con ayuda de las tecnologías, y cómo conectarlo más con el entorno social, con el ámbito empresarial, con los movimientos sociales y con lo que se conoce como nueva ruralidad", explica Lourdes Guàrdia, directora en funciones y subdirectora de docencia de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y una de las organizadoras del encuentro.

Durante las jornadas, los expertos abordarán la relación de la universidad con las instituciones y las empresas, una relación que permite "la adaptación de las instituciones académicas a las necesidades reales de nuestro entorno", explica Guàrdia, también investigadora del grupo Edul@ab, uno de los 20 equipos que investigan sobre educación y tecnología e elearning en la UOC. En este sentido, Àngels Fitó, rectora de la UOC y también participante en las jornadas, considera que la universidad ha de estar alineada con el mercado laboral. “Nuestro papel no puede limitarse a generar y transmitir conocimiento, también hemos de procurar que este conocimiento permita la inserción laboral de los estudiantes. ¿Cómo? Facilitándoles las herramientas necesarias para que decidan y gestionen su propia carrera profesional, garantizando una formación que les acompañe en su propósito de progreso profesional y estableciendo el escenario adecuado para que puedan hacerlo en cualquier momento de su vida”, añade.

La evaluación, a debate

Durante las jornadas se tratará una de las asignaturas pendientes en el ámbito de la educación superior en España: la evaluación del aprendizaje. "Queremos salir del concepto tradicional de la evaluación, el de los exámenes que acaban con una nota. Buscamos una mirada más abierta y con un enfoque más formativo", indica Lourdes Guàrdia. Esto es aún más necesario, si cabe, tras la irrupción de la inteligencia artificial, "que nos obliga todavía más a repensar cómo tiene que ser el diseño del programa, cuál es el valor que debe aportar la universidad, y qué papel tienen ahí todos esos procesos de evaluación del aprendizaje", añade. En su opinión, la tecnología puede ayudar tanto al estudiantado como al profesorado en la mejora de los procesos de evaluación para que sean procesos de reflexión que ayuden más a la formación y puedan facilitar el desarrollo de las competencias que configuran la titulación.

En este ámbito, también se abordará el concepto de microcredencial, las certificaciones que validan los resultados del aprendizaje obtenidos en experiencias formativas de corta duración, como un curso o una capacitación breve. "El objetivo es que esa evaluación sea transparente y progresiva, de forma que el empleador y la sociedad en general que recibe a esos graduados puedan visibilizar mucho mejor la buena preparación de los universitarios", explica Lourdes Guàrdia.

Sobre las microcredenciales, Marcelo Maina, director del máster universitario de Educación y TIC (E-learning) de la UOC, presentará la experiencia del proyecto EPICA, que recibió un reconocimiento europeo como proyecto innovador. "El desafío es establecer un estándar que permita guiar una mejor valoración de esas experiencias. Esta es la razón del proyecto, en el que partimos de la hipótesis de que el estudiante desarrolla competencias de empleabilidad en muchos programas. El problema es que no hay una metodología clara que lo visibilice y permita al estudiante ser consciente de su desarrollo", explica el profesor de la UOC.

"Por eso, creamos una metodología de evaluación de las competencias de empleabilidad para la microcredencialización a lo largo del programa", señala. Maina añade que, de esa forma, se permite al estudiante trabajar junto con el profesor y recoger indicadores de situaciones en las que está desarrollando estas competencias de empleabilidad, de pensamiento crítico, de trabajo en equipo, de creatividad… Este tipo de competencias se conocen con el nombre de habilidades blandas. "Además, parte de esas evaluaciones que presentan pueden venir de experiencias de aprendizajes extracurriculares o profesionales. Se trata de visibilizar el perfil competencial, las capacidades del estudiante; para ello, utilizamos una metodología de portafolio electrónico de evaluación", explica Maina.

“La nueva LOSU ya contempla las microcredenciales, se ha empezado a establecer el terreno de juego para la normalización de estas acreditaciones universitarias y las exigencias de calidad que requieren”, añade Angels Fitó. “En la UOC concebimos los portafolios de manera integral, contemplando las necesidades formativas en un determinado ámbito y favoreciendo que el conjunto de contenidos configuren titulaciones de distinta duración y alcance competencial. De hecho, nuestro mapa de titulaciones es un conjunto de microcredenciales que conforman masters, grados y cursos más cortos que permiten actualizar, complementar o especializar. Nuestro objetivo es que toda nuestra microformación sea trazable y reconocible en este mapa de itinerarios. La filosofía detrás de la formación a lo largo de la vida es que el aprendizaje sea un flujo continuo, no un hecho o varios hechos aislados”, concluye la rectora de la UOC.

Metodologías activas y universidad extendida

Por otra parte, en las jornadas se debatirá sobre metodologías activas para promover un aprendizaje más participativo y significativo. "Se trata de metodologías que no son reproductivas, sino que se refieren a problemas complejos, resolución de casos reales, simulaciones… En ellas, el estudiante puede tener un rol mucho más participativo del que suele tener a veces en el ámbito de la educación superior", indica Lourdes Guàrdia. En este eje se mostrarán casos de cómo la tecnología también puede contribuir al diseño de entornos más reales y experimentales, "y ayudar a simular ese contexto para que el estudiante pueda aproximarse mejor a la realidad y le resulte significativo, lo que permite potenciar su aprendizaje".

Finalmente, se abordará el concepto de universidad extendida, para profundizar en la forma en la que la universidad puede conectarse más, tanto desde el punto de vista del profesorado como desde el punto de vista del estudiantado, con los movimientos sociales para contribuir a una transformación social real. "Lo que pretendemos es formar a nuestro estudiantado de forma más crítica para que puedan ser ciudadanos capaces de distinguir qué elementos añaden valor, cuáles pueden ser negativos y cómo todo esto conecta con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)", explica la profesora de la UOC. En este eje estará presente la universidad rural, que hace llegar la formación a lugares más aislados. Sin embargo, "no solo se analizará cómo la universidad ayuda a los estudiantes, sino también cómo puede contribuir a buscar soluciones para evitar la despoblación y dar valor a las profesiones que se ejercen en estas zonas", añade Guàrdia.

Las jornadas, que tendrán una asistencia presencial limitada, se celebrarán en la sede del Ministerio de Universidades y también se retransmitirán en continuo. Además, los resultados del debate quedarán recogidos en un documento en línea con recomendaciones y reflexiones que irán dirigidas a las universidades.