3/7/25 · Justicia

Desarrollado el primer índice catalán de brecha digital para reducir las desigualdades en Cataluña

Casi la mitad de las personas mayores no utiliza la banca en línea y solo algo más de la mitad accede a La Meva Salut

Este indicador pionero, impulsado por la Mesa del Tercer Sector Social y la UOC, utiliza por primera vez datos de fuentes públicas y privadas para analizar mejor el fenómeno y ofrecer una visión más precisa y clara
A woman engrossed in her smartphone amidst a room with traditional items like a book and a phone. The image captures the contrast between old and new technology, reflecting the digital divide.

Menos del 50 % de las personas mayores de 75 años utilizan la banca en línea o la aplicación "La Meva Salut" (foto: Adobe)

La Mesa de entidades del Tercer Sector Social de Cataluña, mediante el proyecto m4Social, y un equipo investigador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han desarrollado el primer índice catalán de brecha digital, un indicador pionero que, por primera vez, utiliza datos tanto de fuentes públicas como privadas, gracias a la colaboración entre sociedad civil, administraciones públicas y sector privado.

"El índice es innovador porque hace una radiografía territorial y social de las desigualdades digitales en Cataluña y analiza las tres dimensiones clave del fenómeno —infraestructura, equipamientos y usos digitales— y su evolución, con el fin de que el indicador sea replicable en otros territorios", apuntan sus impulsores. Así pues, los datos —presentados en clave comarcal y catalana— permiten detectar dónde y cómo se manifiesta este fenómeno con el objetivo de impulsar políticas y acciones concretas para reducir las desigualdades en cuanto al acceso a los servicios digitales y al uso de estos, y ayudar a administraciones, empresas y entidades sociales a valorar el impacto de sus actuaciones.

“El índice hace una radiografía territorial y social de las desigualdades digitales en Cataluña, y analiza las tres dimensiones clave del fenómeno: infraestructura, equipamientos y usos digitales”

La UOC ha participado en este proyecto mediante el grupo de investigación CNSC (Communication Networks and Social Change) —adscrito a la unidad de investigación sobre cultura, creatividad, justicia social, pensamiento crítico y humanidades—, bajo la coordinación de Mireia Fernández-Ardèvol, catedrática de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación, con Enrique Rodríguez y Sara Suárez, quien también es profesora de los mismos Estudios.

 

Principales datos

El proyecto de creación del índice de brecha digital en Cataluña refleja varios datos que ilustran este fenómeno. Una es la infraestructura digital. La cobertura media de red 5G en Cataluña es del 94,6 %. Aun así, se detecta una fuerte desigualdad territorial: mientras que en el Barcelonès llega al 99,9 %, en l'Alta Ribagorça solo llega al 20,3 %. A pesar de la cobertura generalizada, las zonas rurales y de montaña todavía sufren una brecha significativa en cuanto a la infraestructura digital.

El índice también apunta a los equipamientos TIC en los hogares y centros educativos como otras de las claves. En casa, el acceso a internet y banda ancha es prácticamente universal, con una media del 97,1 %, y el acceso a teléfonos móviles se sitúa en el 99,4 %. La variabilidad territorial es mínima, con el valor más bajo (93,3 %) también en l'Alta Ribagorça. En cuanto a las escuelas, el 94,8 % de los centros educativos cuenta con wifi para el profesorado. En el caso de los ordenadores, la media es de 55,6 por cada 100 alumnos, aunque existen diferencias importantes según el territorio (de un mínimo de 28,5 en l'Alta Ribagorça a un máximo del 90,6 en el Ripollès). "Estas desigualdades remarcables entre centros educativos pueden tener un impacto potencial sobre la equidad educativa", señalan los expertos.

En el caso de hábitos digitales generales, el uso de internet entre la población de 16 a 74 años llega al 96,8 %, y el uso del correo electrónico y las compras en línea es también muy elevado: 99,4 % y 97,1 %, respectivamente.

 

Diferencias territoriales, sociales, por género y edad

Las comarcas con menor densidad de población o situadas en zonas de montaña —como l'Alta Ribagorça, la Terra Alta o el Pallars Sobirà— concentran los datos más bajos en infraestructura, equipamiento y uso. Por el contrario, comarcas metropolitanas y de la costa —como el Barcelonès, el Baix Llobregat o el Vallès Occidental— presentan los niveles más altos en todos los indicadores. Pese a la alta dotación de TIC en los hogares, hay desigualdades notables en los recursos digitales disponibles en los centros educativos, especialmente en las zonas rurales. En cuanto a los servicios digitales públicos, se detectan brechas en el uso de estos, especialmente en trámites de salud o administrativos.

En general, no se detectan brechas relevantes entre hombres y mujeres en el acceso a internet, el uso del correo o las compras en línea. En cambio, en cuanto al uso de La Meva Salut, se observan diferencias: ha accedido a la aplicación un 65,5 % de mujeres, en contraposición con un 61,3 % de hombres. Esta diferencia se mantiene en casi todas las franjas de edad. Esto puede indicar una mayor implicación de las mujeres en la gestión de la salud familiar, lo que puede reflejar roles de cuidado o diferencias de implicación respecto a los hombres en la gestión familiar de la salud.

La variable de la edad es en la que se constata una brecha digital más acentuada. Las personas de entre 35 y 54 años muestran los niveles más altos de uso de servicios digitales. A partir de los 65 años, el uso cae significativamente en casi todos los ámbitos.

En cuanto a la relación con la administración, las personas mayores tienen menos autonomía para hacer gestiones digitales. El 41,4 % de las personas de 75 años o más acceden a La Meva Salut, y solo un 10,7 % de las personas de 75 años o más han usado el servicio de eConsulta para contactar con profesionales de la salud. También se detecta una brecha muy acentuada en el uso de la banca en línea: casi la mitad de las personas mayores no utiliza este servicio. Solo un 45,5 % de las personas de 75 años o más usa la banca en línea, en contraposición con las franjas de edad más jóvenes, en las cuales el porcentaje es muy elevado y llega al 96,7 % entre las personas de 25 a 34 años. "Habría que ver si las personas de más de 75 años usan los servicios digitales ellas mismas o si lo hace alguien de su entorno, como un familiar", reflexionan los creadores del índice.

 

Colaborar para consolidar el nuevo índice

"Esta primera versión del índice permite identificar grandes retos y abre nuevas oportunidades, como ampliar los datos disponibles, sobre todo los relativos al acceso y al uso de servicios digitales, tanto públicos como privados, como de los operadores de telecomunicaciones. Es un paso fundamental para ampliar la radiografía iniciada y asegurar su continuidad en el tiempo. Habría que establecer acuerdos con nuevos actores para la cesión voluntaria y sostenida de datos relevantes", indican los expertos.

Los responsables de la iniciativa también apuntan a la importancia de incorporar una perspectiva histórica a fin de recuperar datos para construir una serie temporal que permita evaluar el impacto de políticas pasadas —decisiones ya tomadas— y entender mejor los factores que condicionan la brecha digital.

Según sus creadores, otras claves para el éxito del índice son difundir la experiencia y apoyar otras iniciativas estatales o europeas para replicarlo y adaptarlo a otros territorios, así como ampliar la colaboración. Para los impulsores del proyecto es relevante "sumar otros actores para trazar una estrategia compartida contra la brecha digital. El primer paso de esta estrategia podría ser la creación del Observatorio de la Brecha Digital en Cataluña, un espacio estable de análisis y acción conjunta donde cada agente aportaría su conocimiento y experiencia mediante una hoja de ruta que garantice que la digitalización es un motor de equidad y no un factor más de exclusión social", concluyen.

 

Este proyecto cuenta con la participación del grupo de investigación CNSC de la UOC y está alineado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU 10, sobre reducir la desigualdad en y entre los países. Este proyecto se enmarca en las siguientes misiones de investigación de la UOC: Tecnología ética y humana y Transición digital y sostenibilidad.

La investigación de la UOC

La UOC investiga, con una marcada especialización en el ámbito digital, para incidir en la construcción de la sociedad del futuro y contribuir a las transformaciones necesarias para hacer frente a los desafíos globales.

Los más de 500 investigadores e investigadoras y más de 50 grupos de investigación se articulan en torno a cinco unidades de investigación para abordar cinco misiones: Cultura para una sociedad crítica, Educación a lo largo de la vida, Salud digital y bienestar planetario, Tecnología ética y humana y Transición digital y sostenibilidad.

Además, la universidad impulsa la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.

Los objetivos de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento de la UOC. Más información: research.uoc.edu.

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